EL AMOR ES LA CONSIGNA
©Giuseppe Isgró C.
-Escudero, -dice
Hidalgo:
La noche transcurre, está amaneciendo. Con la luz del día,
todo se verá más claro. Los niños se hacen jóvenes, los jóvenes hombres, y la
nuevas generaciones son esperanza de renovación, como decía José Ingenieros,
uno de los grandes maestros de América. Y con el nuevo día de esperanza, los líderes ineptos, son sustituidos por los
más capaces en todas las funciones, como siempre ha sido, y continúa siéndolo,
gracias a Dios.
La vida es como un entrenamiento; un juego de ajedrez donde el
campeón que vence sin compasión a los niños, él mismo, jugando con ellos, les
enseña las maneras de como ganarle. Él no tiene mucho que aprender de los
niños, pero éstos sí de él, y el día menos pensado, le dan jaque mate, si se
trata de un juego de ajedrez. Pero, si se trata de una manada de renos, saldrá
un joven con la cabeza más dura, y finalmente, ganando la contienda, se llevará
el harén y los demás miembros del equipo, bajo su guía y dirección. La nueva
generación le imprime vitalidad al grupo, en los cuatro reinos de la
naturaleza. Aunque, Escudero, demás está decirlo, solo en el reino humano se
ven los menos edificantes ejemplos. Si solamente tuvieran buenos consejeros,
cuántos males ahorrarían a sus grupos, y sobre todo a ellos mismos, ya que, al
final, cada quien bebe la misma sopa que le da a beber a los demás, por ley de
vida. Y tantas veces que eso ha ocurrido, y son tan poco perceptivos que siendo
el hombre el único que suele tropezar dos veces con la misma piedra, estos
líderes lo han hecho una y otra vez a lo largo de toda la historia, creyendo
que ellos saldrían de todo libres de polvo y paja.
Luego, a medida que el juego avanza, ya nunca más será igual.
Los niños se emparejan al campeón, y, además, le superan. El campeón superado
deja de ser campeón para dar paso al nuevo que le demuestra que, quien no se
supera y se adecua a las inquietudes de los tiempos, será desplazado en el
tiempo perfecto de Dios. Gracias a esto, y a la Divinidad, siempre hay
RENOVACIÓN en el mundo. RENOVACIÓN Escudero, y EVOLUCIÓN, estas son palabras
constructivas y positivas, que invitan al progreso, en armonía con la
naturaleza.
Admiro la grandeza de Bolívar y de Sucre, cuando el primero le
encarga al segundo que lleve a cabo el tratado de Trujillo, donde se humaniza
la guerra de la Independencia. Luego, en Santa Ana, Sucre logra reunir debajo
del mismo techo a los jefes realistas con los patriotas, y de mutuo acuerdo
determinan acelerar el fin de la guerra de la Independencia para restablecer la
paz. Bolívar con su gente, se dan el triple abrazo fraterno con Pablo Morillo y
los suyos. Qué grandes eran estos líderes y elevados sus valores morales y
virtudes heroicas. Nada que ver con Monteverde, con Boves ni con el último
realista, José Dionisio Cisneros, aunque este último, pese a todo, era mejor
que los otros dos, por su falsedad y acciones que no queremos ensuciar la pluma
refiriéndolas. Lacras de igual naturaleza podrían compararse con tres o cuatro
que andan por el mundo haciendo las mismas cosas, ahora. Por eso se suele decir
que la historia se repite, en lo bueno y en lo malo.
Pero, Bolívar y su gente, Pablo Morillo y los suyos, eran
seres dignos de otros tiempos, cuya grandeza era de igual quilate de bando y
bando. Realmente, eran hermanos. Por eso se dice que la guerra de la Independencia
fue una contienda civil entre fraternos seres. A los soldados gloriosos de la
patria y sus gloriosos jefes patriotas, como nunca antes los había dado el
mundo; se les anteponían jefes realistas como Pablo Morillo, que admiraba a sus
adversarios Simón Bolívar, El Libertador y al llanero José Antonio Páez, el
Ciudadano Esclarecido.
Gente digna de la Patria, y de la madre Patria.
Los enemigos de ambos bandos durmieron, esa noche, en la
población de Santa Ana, debajo del mismo techo, después de darse, nuevamente,
el triple abrazo fraternal y elevar su pensamiento al GADU, y en Gloria de Él.
La habilidad diplomática de Sucre logra humanizar la guerra de
la Independencia, y allí, como queridos hermanos, entre ilustres masones, los
adversarios, realistas y patriotas, acuerdan ponerle fin a la guerra de la
Independencia.
Acto seguido Bolívar da las indicaciones precisas de que todos
aquellos que esa noche durmieron bajo el mismo techo con él y sus hombres,
mientras estuviesen en suelo patrio, fuesen tratados con respeto; eran
intocables!!! Al poco tiempo, Pablo Morillo deja el país, decidido, con su
alejamiento, a ponerle término a esa guerra fratricida, ya que era una guerra
entre hermanos, como ya se dijo, y el resto es historia conocida, aunque por
conocer para muchos. Es una lastima, porque la historia es una maestra efectiva
que enseña a emular los grandes actos virtuosos de los líderes dignos de gloria
inmortal, como a la que aspiraba Bolívar, Sucre, Alejandro Magno, ….y un largo
etcétera. Gente de otra época, con valores y dignidad, que con su ejemplo,
marcan la pautas a seguir por las nuevas generaciones. Son los maestros de la
Patria, Escudero!!!
El 24 de junio de 1821, José Antonio Páez, con la ayuda de los
aliados ingleses, entre otros, vence en Carabobo. Poco después, él solo, -el
glorioso Páez- toma el castillo de Puerto Cabello, y en 1824, se pone término a
la contienda patria con la Batalla naval de Maracaibo.
Los soldados de la Patria, fueron a dar libertad a los demás
pueblos hermanos, mediante la Campaña del Sur. Eran otros tiempos, eran otros
hombres. Pero, la madre es la misma, y seguirá pariendo hombres, y mujeres, del
mismo temple, que si ahora son polluelos mientras “el pataruco” domina el
gallinero, ellos van creciendo y día vendrá en que “el Gallo fino”, de pura
raza, EL PATRIOTA, EL LIBERTADOR, haga correr al pataruco, imponiendo el orden,
la justicia, el progreso y la armonía, como siempre ha ocurrido, y volverá a
ocurrir.
La gloria del desleal a la Patria es efímera. La de los leales
patriotas, como la de Bolívar, Sucre, Páez y Miranda, y su gente, seguirá
creciendo, como lo mencionaba el ilustre Choquehuanca, “…como aumenta la sombra
cuando declina el sol”.
Pero, cuanta de esa gloria patria se debe a soldados cuyo
nombre se ignora, a soldados desconocidos que descalzos y sin ropa, dieron
muestra de su valor defendiendo a la Patria de azotes como Boves, Cisneros,
Monteverde, Morales, y algunos otros que no quiero mencionar para que la
posteridad olvide sus nombres, como de hecho, están olvidados y muy contados
historiadores son los que le recuerdan.
Hasta Santander, ilustre Prócer colombiano, a última hora,
rectificó, ordenando salvar a Bolívar, seguidamente al atentado septembrino, en
1828, -razón por la cual, éste, a última hora, conmutó su pena por el exilio.
Páez, en la hora menguada de su acérrimo enemigo, le envía mensaje generoso,
como siempre lo han sido los venezolanos, -dignos de ejemplo y emulación- de
que, mientras permaneciera en suelo patrio, podía contar con su ayuda, para todo
cuanto pudiese serle útil.
Eran otros tiempos; eran otros hombres, Escudero!!! Pero, la
Patria los seguirá pariendo……y aflorarán, iluminando, nuevamente, el
continente, y el mundo.
Pero, aquellos ilustres seres siguen siendo excelentes
ejemplos para emularlos en sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.
Son paradigmas vigentes. Aún Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez
Jiménez fueron constructores de una gran patria, aunque lo hicieran por vías
inadecuadas. Eran otros tiempos, eran otros hombres. Pero, la Patria sigue
siendo la misma: seguirá pariendo gente de ese calibre y elevada dignidad.
Como le dijo Aimé Bompland a Alejando de Humboldt, a la
pregunta de Simón Bolívar de cómo él veía a Latinoamérica de madura para su
Independencia, al decirle el teutón al criollo: -“Sí, veo madura a
Latinoamérica para su Independencia, pero no veo al hombre capaz para llevarla
a cabo”. Bompland, prudentemente visionario, le respondió: -“Si, pero las
RENOVACIONES generan sus propios hombres!!!”.
Los hechos demuestran que, finalmente, así fue. Humboldt
estaba diciendo lo que dijo frente al hombre que habría de realizar, o dirigir
el prodigio de la Independencia Patria, y la de Latinoamérica, para gloria de
su nombre inmortal y la de su gente.
Al final, las tres grandes preocupaciones de Bolívar y de
Páez, paradójicamente, fueron la libertad de Cuba, la de Puerto Rico y ponerle
fin a los desmanes del último realista, del sortario zambo José Dionisio
Cisneros, que pese a haber sido el azote de la Patria por 25 años, -el bandido
con quien ni Bolívar pudo con él-, (solo Páez pudo con Cisneros), aquel bandido
terrible, en el fondo fue un niño de pecho frente al verdadero azote de la
Patria, Boves, quien masacrara ciudades enteras, en Venezuela. Pero, finalmente,
sus contados días tuvieron el final que por la historia se conoce, en Úrica.
Los días de aquellos que se salen del orden divino, están enmarcados dentro del
tiempo perfecto de Dios, que se ocupa de todo, aunque a veces pareciera que
tardara un poco.
La Naturaleza de las cosas, se encarga de restablecer el orden
divino que corresponde. Esta es la razón por la cual las situaciones generan
sus propios líderes, como decía juiciosamente Aimé Bompland. Las RENOVACIONES
generan sus propios hombres.
José Ingenieros, decía, en su obra: Las Fuerzas Morales,
-libro de cabecera de los jóvenes líderes del mundo-: -“Cada vez que una
generación envejece y reemplaza su ideario por bastardeados apetitos, la vida
pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia, En esa hora deben los
jóvenes empuñar la Antorcha y pronunciar el Verbo: es su misión renovar el
mundo moral y en ellos ponen sus esperanzas los pueblos que anhelan ensanchar
los cimientos de la justicia. Libres de dogmatismos, pensando en una humanidad
mejor, pueden aumentar la parte de felicidad común y disminuir el lote de
comunes sufrimientos. La juventud es levadura moral de los pueblos”.
Escudero, -decía Erasmo de Rotterdam, que “la guerra es dulce
para quien no la ha experimentado”. La gente no quiere guerras; la gente quiere
paz, trabajo, progreso, educación elevada, abundancia de todo lo que tiene
derecho y una vida digna para sí y su familia. Como la ley de la vida es el
progreso, la misma vida se llevará por delante todo obstáculo que interfiera en
sus planes trazados por el Arquitecto Universal.
Sentémonos, Escudero, a esperar; está por amanecer; es la hora
del crepúsculo, del alba dorada, es la hora del amor, de la fraternidad, de la
unidad, de la confianza en el futuro, ese futuro grande a que está destinada la
Patria. El futuro, Escudero, está aquí y no en otro lugar. Hagamos que la
Patria sea lo que anhelamos: Grande, Justa y Perfecta!!!!
Hidalgo pregunta la hora; Escudero responde que es medianoche
en punto y que reina el silencio en el entorno. Empieza el amanecer; hay que
descansar para recuperar las energías, para construir la nueva edad de oro de
la Patria, como la soñó el Padre de la Patria, Bolívar, y Sucre, Páez, Miranda,
y como la sueñas tú Escudero, y yo, e
incontables otros que amamos a la Patria.
Amor es la consigna en estos tiempos en que se precisa
prudencia, fortaleza, confianza, templanza, paz y justicia. No has observado,
Escudero, que después de la tempestad siempre sale el arco iris, y el buen
tiempo? Son tiempos de Renovación, y de Evolución hacia más elevados estados de
conciencia. Cultivemos en mayor grado el amor a la Patria!!!
Maravilloso!!! 🌹🙌❤️
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