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domingo, 30 de junio de 2019

Trabajo por delante......Escudero




Trabajo por delante......Escudero

©Giuseppe Isgró C.

Escudero, -dijo Hidalgo:

En cierta ocasión, frente a una época de adversidad, en Europa, con el fin de transmutar los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos de incontables personas que precisaban un cambio de actitud frente a la vida y a la realidad, no tan disímil a la realidad mundial actual en que pareciera haber una tendencia hacia la vuelta a eras medievales -oscurantistas, inhibiendo la libertad de pensamiento-, Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura, y el autor de Juan Cristóbal, magna obra de búsqueda de la sabiduría y la armonía para encontrar el ritmo de la vida universal, expresó lo siguiente:
-"¡De pie y a marchar bien erguidos! ¡A nada temed! La luz más certera en la que podéis confiar es el territorio que de verdad seáis capaces de conquistar mediante vuestro propio esfuerzo. Vuestra necesidad esencial no es adquirir enormes conocimientos; pero sí es esencial que el conocimiento que acopiéis, por poco o mucho que fuere, sea realmente vuestro, que sea vuestra sangre la que lo nutra y que surja como fruto de vuestra lucha irrestricta. ¡La libertad del Espíritu es el tesoro supremo!"
Daisaku Ikeda, líder espiritual del budismo, presidente de la Soka Gakkai, inspirado por Romain Rolland, en su obra El Nuevo Humanismo, expresó:
-"...Quiero dedicar mi vida a transmitir un veraz y generoso mensaje de aliento, a ofrecer una poderosa oración y un firme argumento, capaz de restaurar el humanismo del mañana y de dar alas al tesoro del Espíritu humano. En pos de este objetivo, me comprometo a recorrer el mundo con mucha mayor asiduidad, a medida que despuntan los albores del siglo XXI".
El Humanismo, en el siglo XIV, en la ciudad de Florencia, Italia, -movimiento literario, filológico, artístico y espiritual-, con Petrarca, Boccaccio y Dante Alighieri, por una parte, y con Giotto y Cimabue, por otro, recibe el impulso para volver la mirada a una época clásica olvidada, a un conocimiento perdido o que se desconocía su existencia.
El movimiento nacido en Nicea, en el año 325 de nuestra era, en la ciudad de Iznik, en Turchia, desembocó en la edad media, edad oscura, enmarcada en grandes tergiversaciones de la verdad y de la historia, y en férreas inquisiciones. La apertura a la cultura clásica, finalmente, desemboca en el Renacimiento italiano, primero, luego en el europeo, con el desarrollo de las ciencias, las técnicas, la anatomía, la fisiología, la astronomía, entre otras, era de luz y libertad de pensamiento. Luego vendrían nuevas restricciones con más férreas inquisiciones, hasta que en el siglo XIX, y posteriormente, en el XX, el humanismo alcanzara niveles más elevados de expresiones. Se vuelve a hablar de reencarnación, con las obras de Allan Kardec, Madame Blavasky y el Dr. Gerard Encausse (Papus), y en el siglo XX aflora un gran número de aportes que restituyen las cosas en sus verdaderos cauces. Pero, a partir de 1990 ha comenzado una era de inhibición de la libertad de pensamiento, muchas obras que constituyeron grandes aportes han desaparecidos de la circulación, se está ocultando importante información para la emancipación de la humanidad, y ha comenzado una fase de retroceso temporal al oscurantismo medieval, a nivel político, cultural y espiritual, pese a que, numerosos grupos espirituales se han constituido en focos poderosos de luz, que aportan equilibrio entre la luz y el oscurantismo. El bien siempre se impondrá sobre el mal, por ser una ley cósmica que así ocurra. Lo que estamos observando en diferentes países del mundo, nos permite comprender esa fase oscura de la edad media. Frente al oscurantismo medieval surgió el movimiento civilizador de Mahoma, que representó la luz frente al oscurantismo, y la tolerancia frente a la intolerancia.
Por eso es comprensible el mensaje sobre El Nuevo Humanismo, del Dr. Daisaku Ikeda, y su propósito de dar un aporte divulgativo del mensaje del budismo, que tanto tiene que aportar para la formación, y la educación de la humanidad, no solamente por las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero, sino por la totalidad del acervo budista, entre ellos el Tripitaka, de extenso y variado contenido.
Realmente, estamos en los albores de un nuevo Humanismo que desemboque en un nuevo renacimiento. Esta visión la tenía muy clara Louis Pauwels, en un ensayo publicado en la Revista Planeta, intitulado De un renacimiento a otro, por los años 70 del siglo XX. Se observan ciclos de avance y retroceso en la historia de la humanidad. Épocas de esplendor seguidas por otras opacas, o menos lúcidas, a las que, después, les siguen otras luminosas, aunque fuere en otras regiones, o países. Se observa como después del esplendor de una civilización, posteriormente ésta decae, y surge otra en un lugar diferente.
Dónde antes habían proliferado hombres de progresos, surgen, acto seguido, otros que ni remotamente se les puede comparar.
Pero, la historia se repite, porque los Espíritus que representan épocas, al reencarnar, con sus respectivos seguidores, vuelven a reproducir las épocas de esplendor, o las oscurantistas, en el mismo estado en que las habían dejado cuando habían salido de escena en la fase anterior. La historia se repite porque los mismos personajes, al volver a reencarnarse, traen las mismas buenas o malas costumbres que plasman en nuevos pensamientos, sentimientos, palabras y actos, creando las realidades inherentes.
Cuando alcanzaremos una nueva Edad de Oro perdurable, Hidalgo?, -pregunta Escudero:
-Hacia el año 30.000 de nuestra era, -Escudero-, -responde Hidalgo. Mientras tantos nos tocará venir incontable número de veces, sembrando valores, educando a la humanidad, y en primera instancia, auto-educándonos-, hasta que, finalmente, en torno al año 30.000 de nuestra era, se hayan sentado las bases sólidas para desarrollar la edad de oro que cumplirá con los objetivos de progreso asignados al planeta tierra.
Cuánto trabajo por delante, Hidalgo!!!, -destaca Escudero.
-Es cierto, Escudero. Mantengamos manos a las obras y cumplamos con nuestro cometido, para gloria del Eterno.
A la Gloria del Eterno, -expresa Escudero-.

LA PAPA PELADA, ESCUDERO



LA PAPA PELADA, ESCUDERO

©Giuseppe Isgró  C.



Hace ya algunas décadas, Escudero, oí a alguien decir a un joven que parecía ser su discípulo:
-“Tienes dentro de ti el poder de comprobar cada enseñanza que refleja la verdad universal. Tú, deberás confiar en ti mismo en la búsqueda de la esencia de la vida, discerniendo entre la paja y el grano. Debes transformarte en un creador esencial de la naturaleza, secundando a la Divinidad en la obra de la expansión universal. Debes realizar tu propia búsqueda y adquirir la experiencia vivificante extrayendo de la esencia divina que yace dentro de ti, la sabiduría de los atributos divinos y el poder creador potencialmente infinito, en el grado precisado por cada situación que afrontes y supere, exitosamente”.
Luego, antes los ojos asombrados de su discípulo, siguió diciendo:
-“Jamás espere la papa pelada. Escoge el terreno adecuado, la mejor semilla y siémbrela. Luego, coséchela, pélala y cómela a medida que tengas hambre y anhelo de saborear un rico manjar que te sabrá a gloria, porque es el fruto de tu trabajo y dedicación”.
Recuerdo las preguntas con que abordó Jacques Bergier a Fulcanelli, a finales de los años 20, del siglo XX, cuando al saber que el personaje que visitaba a su maestro era el famoso alquimista, comenzó a formularle una gran cantidad de preguntas. Fulcanelli le respondió a Bergier: -“Usted lo que quiere que, en breves segundos, le explique 3.000 años de investigaciones alquímicas”. Es decir: la papa pelada. Es muy fácil.
Paradójicamente, cada día, es factible toparse con personas que se toman poco en serio la búsqueda de la verdad, y cuando intuyen que alguien podría tener determinados conocimientos, desafían a cualquier interlocutor que incurre en el error de querer convencer a alguien que no desea serlo, sobre ningún tema para el cual no desea tomarse la molestia de estudiar el tema a fondo, ni le interesa a hacerlo, salvo el de demostrar su propia imbecilidad, dicho, Escudero, con todo respeto. Son personas que no tienen la culpa, pero si alardean de muchas cosas, aún de su ignorancia. Esto es signo de sabiduría, si fuera una demostración sincera. No Escudero, si hay alguien que cree saber demasiado, es precisamente aquel que sabe poco, ya que ese poco, para él representa un mucho casi infinito. No, realmente, este tipo de personas, no tiene un grado elevado de conciencia de su propia ignorancia, ya que, de otra manera, haría preguntas inteligentes, no que le ahorren el camino por recorrer, sino que le señalen el que hay que recorrer hasta alcanzar la meta del conocimiento.
No hay que esperar la papa pelada, Escudero. Hay que fajarse para, después de cosecharla, pelarla por sí mismo, confiando en que se tiene la aptitud para elegir la mejor, entre el montón disperso y al alcance de la mano.
Por algo, cada día, mayor número de personas, y sobre todo, de jóvenes, no desean aprovechar la experiencia de otros, sino hacer su propia experiencia. Sin embargo, Escudero, es preciso evitar los extremos: ni tanto ni tan poco. Hay que aceptar la perla que nos ofrecen, a diario, gente altruista, al facilitarnos el fruto de su propia experiencia. Esa es la razón, que el estudiante aprovechado, más que hablar en exceso, escucha en demasía. Cada persona es un libro abierto y a menudo, sin percatarse de ello, nos ofrece enseñanzas que, no sabemos, cuantas existencias le ha llevado conseguirla, con esfuerzo, estudio asiduo y práctica constante.
Cuantas veces no nos encontramos con personas que jamás habíamos visto, que a lo mejor han venido de otro continente,  y de repente se ponen a hablar de cosas que ni ellas mismas saben por que lo hacen, y lo que dicen, o han dicho, ha respondido a preguntas que desde hacía mucho tiempo, uno se formulaba, y esa persona, sin saberlo, ya que, la mayoría de las veces, después de decir lo que tenían que contar, se van sin percatarse del bien que han hecho a su paso.
Por eso se suele decir: Cuando la persona está preparada –para recibir la enseñanza- aparece quien la puede propiciar.
Recuerda, Escudero, quien sabe no habla, quien habla no sabe, sobre todo si se excede hablando más de la cuenta.
Con todo, muchas veces nos dan la papa pelada y cuantas veces no sabíamos que era una papa, ni que estaba pelada.
La luz del conocimiento, fruto de la experiencia, es una guía segura para discernir entre la verdad y el error, más allá de las apariencias.
La gente que de verdad sabe, no alardea. Si alardea, no sabe.
La mayoría de los que saben, enseñan silenciosamente, casi sin proferir palabras algunas; muchas veces con el ejemplo, con su actitud, con su sonrisa, con su pasmosa calma y serenidad, con la luz que brilla en sus ojos, que son dos ventanas abiertas del alma, o mejor dicho, del Espíritu.
No esperes que te den de gratis lo que requiere esfuerzo adquirir, dedicación y estudio, trabajo y constancia, determinación y voluntad inquebrantable de superar hasta lo imposible para hacer que el anhelo que transforme en posibilidad manifiesta, en el aquí y ahora, o en el tiempo perfecto de Dios, ad infinitum, en el eterno camino de retorno al Ser Universal.
Observa, Escudero: la papa pelada ya la poseemos en esencia, dentro; no hay que buscarla fuera. Es preciso transcender el velo de la separación y ver lo que siempre estuvo allí para ser visto, hasta que, la intención sosegada, lo permita, por la unificación de la conciencia objetiva y subjetiva: la humana y la divina. En esencia una y la misma cosa, en el Uno. Aquí y allá; esto o aquello, que diferencia hay? Son estados de conciencia en las infinitas estaciones de la vida. La papa pelada: ya la tienes; a qué buscarla fuera? El velo de la “separatividad” se puede depurar y es preciso hacerlo, en el aquí y ahora. Este es el momento, tú eres el ser: tuya es tu misión; tuyo, el salario cósmico.
Adelante.

sábado, 29 de junio de 2019

EL FUEGO DIVINO.


EL FUEGO DIVINO.
©Giuseppe Isgró C.


Escudero, -dijo Hidalgo:
Sin fuego, no se cocina la comida.
Sin entusiasmo, no se realizan las grandes obras.
Sin estudio, no se generan sólidos conocimientos.
Sin conocimientos sólidos, no se genera la visión clara de las cosas.
Sin visión clara de las cosas, no podrás vislumbrar la meta a la cual enfocar todo tu potencial realizador.
Sin meta clara a la cual enfocar tu potencial realizador, a cualquier lugar a donde vayas, no es el lugar en que se encuentra tu meta. Cualquier cosa que hagas, no es la cosa que satisfará tu necesidad o anhelo.
Cuando el lugar en que te encuentras no es el lugar, y la cosa que hagas, no es la cosa, la insatisfacción interior aflorará en tu conciencia, encendiendo el fuego del descontento creador divino que mueve a la acción y enciende el fuego. Es el fuego que depura el velo de la separación, y conecta con la Fuente que permite ver claro que ya, a cualquier lugar que vayas, es el lugar, que lo que haces, lo que debes hacer, y que haciendo lo que hagas, en cualquier lugar que vayas, esa es la tarea, ese es el lugar, tú eres el instrumento de la voluntad divina, el canal de la energía creadora, de la visión clara de las cosas, del contento divino que satisface, da sosiego, confianza y poder…conocimiento claro….visión de la meta, del qué del cómo, del dónde, del quién, del cuándo, del cuánto y del por qué. Te transformas en un entusiasta viviente que contagia con su luz, alegría de vivir, paz interior y armonía, restableciendo el orden justo y perfecto.
Percibirás que el Genio de la Divinidad ha tomado lugar en tu interior, aflorando en tu conciencia como guía, generando poder y conocimiento en perfecta coordinación con los planes cósmicos, y con el plan divino para tu propio ser, en esta y en la inmensas existencias pasadas, y las inmensas que esperan su turno para manifestarse como libro en blanco en el que plasmar tu experiencia de vida, y anteponer los nuevos proyectos de turnos, a los cuales enfocar el potencial desarrollado por la experiencia de vida.
Ese fuego divino que mantiene activo el movimiento universal, es el entusiasmo, es decir: la Divinidad dentro de cada ser expresando la esencia, como piedra filosofal que transmuta estados de conciencias, en las infinitas estaciones del Espíritu.


ESPÍRITU Y ALMA



ESPÍRITU Y ALMA

©Giuseppe Isgró C.


P
reguntó Escudero, a Hidalgo:


Hidalgo, -¿Qué entiendes por el alma del hombre?
Escudero, responde Hidalgo: -El Alma del ser, es el elemento de enlace que une al Espíritu con el cuerpo. También se le denomina, en la terminología de Aurobindo: Hilo de plata; en la Doctrina Espírita, Peri-espíritu, término acuñado por Allan Kardec. Otros términos que se utilizan como sinónimos, son: Cordón de Plata, ya que el Alma, además de conformar una especie de envoltura fluídica del Espíritu, que le sirve de vehículo en la dimensión espiritual, es una especie de cordón fluídico, cuya característica es su elasticidad, que le permite emanciparse del cuerpo y viajar hasta donde el potencial del Espíritu se lo permita.
Es importante percibir que el resultado de la experiencia del Espíritu, en cada pensamiento, sentimiento, palabra y acto, se le manifiesta en el mismo Espíritu, como aptitud, que es la capacidad de percibir, comprender y realizar de manera implícita al desarrollo alcanzado, o estado de conciencia inherente. También, lo hace como actitud, positivo o no, frente a la realidad de la vida. La potencia de la vida se expresa, como conocimiento y sentimiento; visión y energía; aptitud y actitud. Estado de conciencia y grado de desarrollo. Existe la experiencia obtenida, y el fruto de esa misma experiencia que se manifiesta como visión clara de las cosas de las cuales se ha adquirido conciencia, en el inherente grado o estación de progreso. A pesar de que se le suele considerar al alma como sinónimo del Espíritu, el alma y el Espíritu, son diferentes, aunque conforman un todo. Ya Platón diferenciaba claramente al Espíritu del Alma, al denominarle al primero Nous, y a la segunda: Psique (psiché). Él anteponía un ejemplo con el ojo y la mirada. No es el ojo quien mira; se contempla a través del ojo, pero, quien lo hace por medio del ojo como una ventana al mundo, es el Espíritu.
Es importante destacar que la memoria quien la conserva es el Espíritu, no el alma y mucho menos, el cerebro que es un instrumento físico. Quien recuerda es el Espíritu, y lo realiza por el recuento contable de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos experimentados y realizados, u omitidos y la experiencia inherente recabada, que se manifiesta en el conductor: el Espíritu, como aptitud y actitud, percepción y comprensión, o percepción e incomprensión, en conocer y en el anhelo de realizar, o en la ausencia de deseo de poner en práctica lo que el deber impele a ello. La misma conciencia de la ignorancia de algo, ya es un progreso importante. Si no existe conciencia de lo que se ignora, cómo se va adquirir el conocimiento respectivo, o equivalente?
Al igual que la memoria no se encuentra, como atributo, en el cerebro físico, y existenten pruebas abundantes al respecto, la memoria espiritual no reside en el alma, sino en el Espíritu. Sin embargo, en algún sitio específico del ser, existe un archivo de cada ciclo existencial que se puede rememorar. Empero, sin recordar hechos particulares, la experiencia recabada por las situaciones afrontadas del pasado, se manifiestan, en la actualidad, al afrontar situaciones análogas, en forma instantánea, como capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora. Son las cualidades innatas que cada ser trae de todos sus ciclos de vidas anteriores, por medio de la experiencia.
La experiencia, Escudero, es la clave a la cual hay que prestarle mucha atención para descifrar un sinnúmero de enigmas existenciales.
Aquí es importante destacar lo siguiente: El ser trae a la vida como atributos divinos los mismos de los del Ser Universal, con una capacidad potencial infinita de percibir, comprender y realizar; pero, le falta la experiencia. Empero, las situaciones afrontadas, o necesidades o anhelos, manifiestan tanto el conocimiento requerido como el poder creador inherente para resolverlas, o alcanzar un objetivo determinado. Mientras más elevado el grado de complejidad de la situación manifestada, en igual grado se expresa el potencial creador-realizador infinito que se anida en cada ser, en conocimiento y poder de hacer o dejar de hacer. Sin embargo, la experiencia que ya se posee, determina un dominio de las situaciones del cual carece quien se encuentre exento de la misma. Esa es la riqueza que cada quien lleva consigo, como decía Pitaco: -“Todo lo llevo conmigo”. Claro, así es Escudero: -La experiencia, el conocimiento, la visión y el saber hacer, o la capacidad de dejar de hacer lo que no debe ser efectuado. Cuanto tiempo perdido, y sinsabores, se habrían ahorrado los seres humanos con solo haber tomado la determinación de no llevar a cabo determinadas acciones, de las cuales, además del arrepentimiento, posteriormente han debido efectuar las compensaciones inherentes. Sin embargo, la experiencia recabada permite percatarse que nada se pierde, y que todo es ganancia: la experiencia.
Al alma se le considera formada de materia quintaesenciada, como si fuera una especie de silicón sólido-transparente, más sutil que la materia normal, pero materia al fin. Sin embargo, aún queda mucho por estudiar sobre el tema, Escudero.
Hidalgo, -Está claro que el Alma y Espíritu son cosas diferentes.
Escudero: -El alma y el Espíritu, como tú muy bien lo dices, son diferentes; el Espíritu es el conductor, la vida, la inteligencia, el carácter, la voluntad y tantos otros atributos que les son inherentes, mientras que el Alma es el medio de enlace entre el Espíritu y el cuerpo, y a la vez es el vehículo del Espíritu en la dimensión espiritual.
Hidalgo, -Es el Espíritu del hombre inmortal?
El Espíritu es inmortal y eterno, mejor dicho, ab y coeterno con el Ser Universal. Es decir, ha existido desde siempre. Es una emanación del Ser Universal en la conciencia individual de cada ser, en los cuatro reinos naturales, en el alma universal, sin dejar de Ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad. Es parte indivisa de la Divinidad. Posee, exactamente, todos los atributos de la Divinidad, idénticos, sólo que en estado de potencialidad infinita, que eternamente irá desarrollando, por medio de las necesidades experimentadas y de la experiencia adquirida. Mientras que, la Divinidad posee esos mismos atributos –valores universales, desarrollados en todas las vertientes y variantes, en grado infinito. La Divinidad es anhelo de ser; el Espíritu de cada ser, es la expresión de esa voluntad. El Espíritu de cada ser, posee, también, el poder potencialmente infinito de la Divinidad, pero lo expresa, -únicamente- según el grado de necesidad o anhelos que experimenta, tanto para satisfacer las necesidades, como de efectuar sus realizaciones. En el Espíritu, los atributos divinos, o valores universales, se expresan en la conciencia, como sentimientos de los valores universales cuyos parámetros le sirven de guía en sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. El resultado de la experiencia adquirida, en el Espíritu, se refleja como APTITUD, es decir, capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora, mientras que en el alma, como un simple archivo contable de sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Es decir, en el Espíritu se refleja el efecto de esas experiencias, como visión, capacidad de hacer o de dejar de hacer. Los atributos principales del Espíritu son: INTELIGENCIA, CARÁCTER Y CONCIENCIA. Su evolución se refleja como adquisición de estados más elevados de conciencia, inteligencia avivada y carácter más definido y firme en los valores., en grados que van del cero grado al infinito, infinito que jamás alcanzará, por cuanto, siempre encontrará un más allá. Es importante recordar la percepción de la conciencia, en la Masonería, como una réplica exacta de la conciencia de la Divinidad, atributo principal del Espíritu.
Qué consecuencias se derivan del conocimiento de la existencia del Espíritu y de su inmortalidad?
Un cambio de perspectivas, que transforma la visión existencial y le da un sentido a la vida, que de otra manera, no sería fácil encontrarle.
Un tema para desarrollar desde muchos puntos de vista, y que haremos, Escudero, en otras jornadas.

domingo, 23 de junio de 2019

OPINIONES E IDEAS, DERECHOS Y OBLIGACIONES.



OPINIONES E IDEAS,
DERECHOS Y OBLIGACIONES.

©Giuseppe Isgró C.


Escudero, -dijo Hidalgo:
Hay opiniones e ideas, derechos y obligaciones.
Las opiniones y las ideas ajenas se respetan, aun cuando no se compartan, tal como a cada quien le gusta con las propias. Eso es signo de madurez mental: el respeto a las opiniones e ideas ajenas, aunque se sustenten otras de muy diferente naturaleza. Es respeto a la propia dignidad, respetar la dignidad ajena. Igual respeto implica hacia las propias opiniones e ideas, al respetar las opiniones e ideas diferentes de las demás personas. Si respetamos merecemos respetos. Si se falta al respeto ajeno se hace en detrimento del propio, de la íntima respetabilidad.
Igual ocurre con los derechos ajenos, erga omnes, que implican la obligación de todos de respetar.
Ahora bien, Escudero: las opiniones pueden ser correctas o falsas; los derechos, verdaderos, o inexistentes. Si verdaderos, imponen el respeto ajeno.
A las falsas opiniones, generalmente, el silencio las extingue, ya que, por sí mismas no son sustentables. Las que han persistido, en el espacio y tiempo, casi siempre lo fueron a sangre y fuego, en eras oscuras, o medievales, que luego las generaciones sucesivas, han creído por verdaderas. Hay muchas que siguen enseñándose como verdaderas, siendo incorrectas, o no ajustadas a la verdad, que los líderes mundiales deberían tomar cartas en el asunto para corregirlas. Sería inútil atacarlas, ya que implicaría echarle más leña al fuego. Al no echarle más leñas, el fuego se apaga por sí solo, en tiempo oportuno, al hacerse conciencia al respecto. La luz de la conciencia evacúa la oscuridad. por si sola, con naturalidad.
Aunque las falsas verdades sean sustentadas por reconocidas o aparentes autoridades, no por eso dejan de ser falsedades, o apreciaciones incorrectas de las verdades. Eso no ocurre, únicamente, con aquellas doctrinas que tradicionalmente provienen de trayectorias oscurantistas, no, también muchas doctrinas que se autoproclaman de luz, que sustentan verdades inamovibles promovidas por grandes mensajeros de luz, que los seguidores asumen como verdades irrefutables, son matrices de opiniones sobre las cuales, realmente, no se piensa a fondo para discernir la verdad. Sus cultores, sin quererlo, también se transforman en difusores de falsas verdades, creyendo que las mismas son verdades absolutas porque fueron dichas por un gran maestro.
Durante casi dieciocho siglos los pensadores más importantes de la historia, en el mundo occidental, creían que era imposible que Aristóteles pudiese, siquiera mínimamente equivocarse. Y estamos hablando de la gente que se supone la flor y nata del pensamiento científico o filosófico. Y sin embargo, Aristóteles se equivocó en muchas apreciaciones científicas. Pero, eso no desmerece para nada la excelencia del Gran Estagirita, que es una de las mentes más portentosas de la historia. Él mismo se habría corregido; pero, sus seguidores consideraban un sacrilegio pensar que se hubiese equivocado. Newton, Galileo y otros científicos, en torno al renacimiento, comenzaron a percibir la realidad al respecto.
Por eso, Escudero, no hay que entrar en controversias con aquellos que no tienen ideas propias y que a todo oponen una cita o comentario de algún libro o autor famoso, ignorando si lo que citan es correcto o incorrecto.
La verdad que puede ser dicha no es toda la verdad que es y que llegará a manifestarse ad infinitum, en el eterno ahora; siempre hay un más allá. Además de la verdad hoy existente, se le sumarán otras en las infinitas estaciones de la vida, viendo cada vez más lejos, más clara y correctamente.
No pierdas el tiempo, Escudero, con personas poco capaces de pensar por sí mismas, buscando corregir su manera de pensar. Ellos son tenaces en sus opiniones y buscarán convencerte, sin razón, sin ton ni son, y perderás tu tiempo. Por otra parte, Escudero, aun cuando tú estimes que las demás personas se encuentren en error, debes respetar su manera de pensar, tratando de entender por qué piensan de esa manera. Debes respetarle, al igual que tú anhelas que respeten tus opiniones e ideas, tomando en cuenta que el equivocado podría ser tú mismo, sin que por ello tu interlocutor no deje de estar, también en error.
Porqué, Escudero? Es necesario discernir al respecto: Quien tiene la verdad? Casi todos aquellos que creen tenerla, en absoluto, no la tienen en absoluto, ya que, en absoluto solo la Divinidad la posee en todas sus vertientes y variantes. Y es tanto, pero tanto lo que desconocemos, que con el tiempo, todo lo que conocemos habrá que olvidarlo, y en su lugar ir aprendiendo cosas más acordes con la verdad. Por eso, es importante respetar las opiniones ajenas para cultivar la amistad entre las personas de diversas ideologías y creencias, trascendiendo las diferencias aparentes. Es preciso tolerancia, respeto, justicia, amor, abandonar toda indebida discriminación, de cualquier tipo: étnico, espiritual, social, humano, de reinos naturales, ultural, de actividades, y de cualquier otra índole, respetando las leyes naturales, o de Derecho natural.
Tomemos nota de lo que estimamos un error, o una falsa verdad, e investiguemos a fondo sobre el tema, para discernir la verdad. Eso es lo que hacía Aristóteles cuando se disponía a escribir sobre un tema, o tópico determinado. Estudiaba a fondo todo lo existente hasta ese momento, para formarse una idea general y así compenetrarse con todos los aspectos inherentes, viendo más allá de las apariencias. Si percibes una verdad, es tu deber exponerla a quien anhele escucharla, para aprender, sin tratar de imponerla, atacando al error. Las grandes verdades, o ideas, tardaron en ser aceptadas, y muchos de sus divulgadores sufrieron los rigores de épocas inquisitoriales. Era una época en que se mezclaba la ignorancia con intereses creados con una finalidad: hacer olvidar el desarrollo de la cultura clásica, para mantener la ignorancia entre las grandes masas, que incluía, virtualmente, toda la humanidad del mundo occidental. Oriente, no sufrió esos rigores y preservó su legado antiguo de sabiduría: verdadero tesoro de la humanidad. Por eso bibliotecas como la de Alejandría y la de Córdoba, los dos casos más singulares, sufrieron los rigores del fuego. La ciencia clásica, las grandes obras de la cultura griega y la latina, y de otras regiones del mundo, allí conservadas, se perdieron en gran parte, y el resto, virtualmente olvidado. Gran labor de los humanistas florentinos del siglo XIV: Petrarca, Boccaccio y Dante Alighieri, Giotto, Cimabue, la de los Árabes, que fueron una luz en la oscuridad, en su expansión por diversas regiones del mundo, preservando, traduciendo y difundiendo las pocas obras clásicas que nos quedan en Córdoba, y Toledo, España; en Palermo, Sicilia, y Florencia, Italia, y posteriormente, al desembocar el humanismo en el Renacimiento, italiano, primero, y Europeo, posteriormente, cada país dio su aporte para recuperar un saber integral perdido de la antigüedad clásica. Los siglos XIX y XX contribuyeron en la emancipación de la humanidad de un yugo medieval, que le mantenían, adrede, en compartimientos estancos de determinada clase de ignorancia. Pero, ese riesgo, o peligro de una vuelta a acciones tendientes a volver al olvido de los avances alcanzados en los últimos siglos, no se ha extinguido. Hay señales evidentes de ello y tendencias que non deben ser disimiles de aquellas causas que, según las diversas tradiciones históricas, o leyendas, se mencionan como causas de las desapariciones de diversas civilizaciones como la Atlante, la de Lemuria o Mu, el continente perdido del océano pacifico, Palmira, y algunas más recientes.  Louis Pauwels, en los primeros años de la década de los años setenta, sel siglo XX, tuvo una lucida percepción de esta realidad, al hablar en su artículo publicado en la Revista Planeta, De un Renacimiento a otro, sobre esta realidad. Nosotros mismos, en Sevilla, a finales del año 2011, en nuestra conferencia sobre El humanismo, sus orígenes, causas y consecuencias, analizamos 1.700 años de historia del mundo occidental, y percibimos como cada determinado tiempo se manifiesta un fenómeno recurrente de esta tendencia de un regreso a situaciones tipo oscurantistas, pero, al mismo tiempo, se manifiestan, también, movimientos equilibrantes en la historia mundial. Pero, los cultores de ambas tendencias, están latentes, allí, cada uno realizando su labor, hasta que, con el tiempo, se alcance una nueva edad de oro permanente, que aún está lejana en el horizonte, y que los grandes utopistas del siglo XX previeron a partir del año 26.000 de nuestra era, y que debería estar consolidado hacía el año 30.000 de nuestra era, como base mínima para construir el verdadero desarrollo al que pareciera estar destinado el planeta tierra, algo que ahora se estaría muy lejos de imaginar. Aun así Escudero, nada cierto hay al respecto, ya que podría requerirse, todavía, un lapso mayor para que la humanidad alcance niveles de conciencia adecuados y acordes capaces de manifestar un mundo ideal que, ahora, estamos muy dejos de imaginar, en su exacto potencial. Bastaría darle una ojeada al mundo actual para darse cuenta. Pero, aún así, muchas cosas serán percibidas por una mínima cantidad de personas. El resto deberá entrenarse para ver más allá de las apariencias. El ser humano normal, imbuido del atosigamiento existencial que no le deja tiempo, y la mayoría no desean tomarlo para pensar, solo podrán percibir algunas de las pocas cosas que permite el encajonamiento en que las diversas sociedades se encuentran. Por eso la historia es una gran maestra que permite observar como los ciclos históricos se repiten, cada cierto tiempo, y que algunas conflagraciones mundiales podrían volver a ocurrir por la intolerancia en las ideas de espiritualidad, ya que predominarán, en el futuro, dos grandes grupos: Los tolerantes, de elevada conciencia y cultura; los intolerantes, encerrados en torno a unos pocos libros, con visión poco lúcidas, que constituirán  una especie de ejércitos que como hormiguitas trabajarán en cruzadas para mantener épocas medievales. Al final, todo dependerá del triunfo de los tolerantes o de los intolerantes. He ahí la importancia de la educación de los valores y de elevados estados de conciencia en torno al amor, la justicia, la belleza, el respeto, la tolerancia y la convivencia armónica entre todos. Es una gran tarea la que se tiene por delante, que trasciende a toda Doctrina individual. Es preciso la unión de todos.
A todo esto se suma el inmenso riesgo ambiental sobre el que, gran número de países están tomando conciencia, y carta en el asunto. Pero, es un peligro latente inminente a corto y mediano plazo.  El largo plazo ya llegó, está ahí, transformado en corto plazo. El deshielo del polo norte como consecuencia del calentamiento global implica graves riesgos para los cuales pareciera existir poca competencia para revertirlo, pese a los esfuerzos de unos pocos. Lo más asombroso, es que, quien toma la palabra para alertar al mundo sobre el inminente peligro en una estupenda jovencita sueca,  Greta Thunberg, centrando la atención en los jóvenes para moverle a acciones para las cuales estima que no hay tiempo que perder.  Son ejemplos para ser emulados por los adultos, y sobre todo, por los líderes, que en tal rol, tienen una inmensa responsabilidad, para las cuales, los nuevos líderes deben prepararse mejor, trascendiendo intereses grupales que inhiben la creatividad para el ejercicio de la libertad ética.
Nadie convence a nadie, Escudero. Cada quien debe convencerse a sí mismo y lo hará al adquirir conciencia de lo que ignora, en determinado grado, y así en forma gradual, ad infinitum.
Parafraseando a Lao Tse, se podría decir: Cuando percibimos lo que es la verdad, nos damos cuenta de lo que es la falsedad, en determinado grado.
Se come cuando se tiene hambre; se duerme cuando se tiene sueño; se trabaja cuando se tiene ganas o necesidad.
A quien no desea escuchar es inútil hablarle porque estará orgulloso con su ignorancia, cuya magnitud desconoce, al igual que todos nosotros. Mientras mayor sea el grado de ignorancia de una persona, por supuesto, inconsciente, -ya que la ignorancia consciente es una bendición- en igual grado se manifiesta su convicción de que su verdad, es la verdad. Y podría ser cierto en determinados casos, pero, no en la mayoría. He ahí la importancia de la tolerancia y de no perder el tiempo en quienes dicen: Convénceme usted! No, Escudero, no eres tú el que debe convencerle; es esa misma persona que debe hacerlo por el estudio serio, por la búsqueda sincera. Entonces, sí encontrará los labios que le expliquen las verdades que sea capaz de asimilar. Pero, la vida no deja de ser la auténtica pedagoga que hace aflorar en la conciencia, lo que cada ser precise, en cada momento. Hay quienes siguen las inspiraciones; y quien hace caso omiso.
Por eso Escudero, ejemplos de ese tipo deben ser luz para ti, no emulando conducta igual, creyendo que tu verdad es inmutable, o la verdad. Todo cambiará, paralelamente a que cambia la propia conciencia y se percibirán nuevos aspectos de la verdad, antes inadvertidos. De ahí, que siempre hay que respetar las opiniones ajenas, aunque no las compartamos ni estemos de acuerdo con ellas.
Eso sí, Escudero, es nuestro derecho y obligación, impartir la verdad tal como la concebimos y hasta el grado en que la asimilamos. Hagamos caso omiso de las falsas verdades, sin importar que autoridad histórica la sustente. Debemos forjarnos ideas propias, aunque nos equivoquemos una o mil veces. Parafraseando a Confucio, podríamos decir: No hay que vanagloriarse de nunca equivocarnos, sino de enmendar el error cada vez que lo percibimos. Es preciso perfeccionar el arte de ver más allá de las apariencias y observar las cosas tal como son.

Y una cosa más, Escudero: Jamás olvides reconocer la verdad cuando cualquier persona la expresa, como te gustaría que lo hicieran contigo. Son muchos los que, percibiendo la verdad en los dichos ajenos, rehúsan reconocerla por falsos prejuicios. No, Escudero, reconocer los méritos ajenos enaltece a la persona, demuestra su madurez y nobleza de carácter. Somos todos aprendices, Escudero. Pero, por sobre todo, hay que ser buenos aprendices. La Gran pedagoga es la Divinidad. Hay que adquirir conciencia de la conexión divina, siempre existente con ella, como fuente de luz, amor, justicia, belleza, fortaleza, templanza y tolerancia. También, de humildad. La Divinidad enseña en silencio, en forma permanente, en la conciencia de cada ser, por el lenguaje de los sentimientos.
Adelante. 


lunes, 17 de junio de 2019

LA AMISTAD, ESCUDERO, LA AMISTAD



LA AMISTAD, ESCUDERO, LA AMISTAD:

©Giuseppe Isgró C.


La amistad, Escudero, es la clave, -dijo Hidalgo:
Es, probablemente, la mayor posesión del ser humano, y, por qué no?, de cada ser en los cuatro reinos de la naturaleza.
Hay muchas maneras de medirla, según cada quien.
No se mide por la frecuencia con que los amigos se encuentran. Diría, al contrario, que la verdadera amistad no precisa tanta frecuencia de encuentros, que podría transformarse en abuso de confianza.
La verdadera amistad, es como sentir al amigo, o amiga, como parte del propio ser, buscando aportarle lo mejor, respetando su autonomía y todo lo que le es inherente.
Si hay amistad, decía Aristóteles, no hace falta justicia, ya que la amistad, contiene todos los valores de los atributos divinos: justicia, amor, respeto, tolerancia, fortaleza, belleza, prudencia.
Se puede estar separado por un océano, o un mundo, tardar en encontrarse una eternidad, pero, la amistad está allí, siempre presente, latente y activa a la vez. Cuando un recuerdo del uno con el otro se cruza por la mente, siempre es con afecto, admiración, respeto, simpatía, y el recuerdo que aflora en la mente, dinamiza los propios sentimientos, renovando lazos de amistad ad infinitum.
La amistad se alimenta por sí misma, valor por valor: implica afinidad de Espíritus, de ideas, simpatía recíproca aunque haya disparidad de ideas, ya que, por encima de todo, predomina el respeto. La amistad respeta la esencia del otro, sin previo juicio o prejuicios, por cualquier razón indigna de la esencia divina que se anida en el ser de cada quien. Si hay prejuicios de grupos étnicos o de otra índole, o irrespeto de la palabra dada, o forzando la palabra que no se desea dar, son evidencia de que la amistad, aún, no se ha consolidado. La amistad no es negocio, pero se prefiere hacer negocios con los amigos, por el trato justo que se recibirá, y el trato justo con que se corresponderá. Se recomienda al amigo, porque se sabe que siempre rendirá honor a la amistad, pero, la amistad, repudia abusar de quien la profesa con reciprocidad.
Si algo es equiparable al amor, es la amistad, ya que ambos sentimientos están imbuidos de los mismos valores que les son inherentes, y si faltare alguno de ellos, no existiría ni el amor ni la amistad.
A nivel espiritual, trascendiendo la materia, no existe distinción entre el amor y la amistad.
A nivel de la dimensión física, se confunde la atracción física con el amor, o la interacción entre los seres; empero, puede haber ésta última sin existir el amor ni la amistad.
En la dimensión espiritual, exenta de cuerpo físico, el amor y la amistad coexisten: existiendo uno, se manifiesta el otro sentimiento, y viceversa.
Por eso, por la amistad, aunque vivan dispersos los seres amigos por el mundo, o en diversos mundos del universos, conforman una sola familia. Podemos decir que la verdadera familia existe entre los amigos, y que entre los miembros de la familia, si no hay amistad, son como seres extraños, y por supuesto hay muchos ejemplos que no viene al caso citar.
Pero, la familia es el núcleo social que utiliza la ley divina para agrupar amigos y enemigos, a la vez, los unos para ayudarse, los otros para compensarse recíprocamente, haciendo que vayan desapareciendo, gradualmente, las asperezas, y vaya naciendo el afecto, el amor y la amistad. La familia es una escuela de vida, donde sus integrantes aprenden a ser amigos, por la convivencia natural manifestada por el orden cósmico, regido por las leyes de: amor, afinidad, prudencia, justicia, igualdad, compensación, equilibrio, perdón, fortaleza, templanza, solidaridad y amistad.
El amigo de muchas vidas, al encontrarlo en la presente, nos parece como si le conociéramos de toda la vida. Realmente, le reconocemos, pero no nos damos cuenta que estamos recordando al amigo de eras pasadas. La amistad trasciende las barreras existenciales y se manifiesta a primera vista, por la afinidad, por la semejanza de gustos, ideas, inquietudes. El afecto nacido en lejanas eras, persiste en el espacio y tiempo, en las diversas dimensiones, en el ahora, eterno presente, y se manifiesta a simple vista, aunque el ropaje actual sea diferente. El Espíritu percibe al amigo más allá de las apariencias temporales.
La amistad se manifiesta entre los seres de todos los niveles de progreso, aún en los niveles rudimentarios, en aquellos que errantes, en lo externo de la recta senda, o extraviados andan, se apoyan recíprocamente. Los lazos de amistad se expresan en todos los niveles, estados de conciencia o estaciones de la vida, -grados de progreso- y no es más que le lay de afinidad, coadyuvante de la de amor, que ordena todo lo existente por los grados afines de las respectivas sumas existenciales.
El amigo enseña con el ejemplo, sin proponérselo. Expresa sugerencias como si se tratara de un padre a un hijo, de un hermano a otro. Busca el bien del otro, y ayudándole se ayuda a sí mismo.
Un día, aunque ahora parezca lejano, todos los seres de los cuatro reinos naturales, seremos amigos. Cuánto tiempo habrá que transcurrir para que un lobo y un ovejo sean amigos? Cuando eso ocurra será señal cierta de que habremos alcanzado la auténtica edad de oro. Por qué, pregunto, entre los seres humanos no existe, ahora, canibalismo? O, canibalismo es solamente el consumo de la carne del otro?
Eso índica lo que no es la amistad, ya que, escudándose detrás del disfraz de la amistad, o del amor, o de la fraternidad, o cualquier otra formalidad, se suelen cometer actos de canibalismo, metafóricamente hablando, que no desmerecen el uno del otro en sus respectivas manifestaciones.
La amistad es la potencia humana, y de los cuatro reinos naturales, que acelerará la llegada a la edad de oro, más rápidamente, o en el tiempo justo y perfecto: el tiempo perfecto de Dios. Un largo trecho por delante y millones de existencias en ir, volver y vuelta a ir y volver.  Pero, esto genera esperanza, y expectativas positivas, optimismo de que siempre ocurrirá lo mejor, aun en las más adversas circunstancias, y entusiasmo que transforma en incansable a cada ser frente al enigma, generando paciencia, tenacidad, perseverancia, voluntad de triunfo, en cada fase, enfocando la atención en el siguiente paso, y un paso a la vez, se recorre el camino, sin limitaciones algunas.
Vayamos a donde sea que se nos ocurra, siempre encontraremos seres con quienes nos unen lazos de amistad de eras pasadas, que se manifiestan, a simple vista, naciendo expresiones de simpatías , superada la primera impresión; reconociéndose amigos, porque la amistad les es innata, por lazos de vidas pasadas. Se reconocerán como tales, y en cada extraño lugar, por la amistad, cada quien se sentirá en casa, en familia, entre afines, compañeros cooperantes unos de los otros y viceversa, en la índole esencial para cada quien.
La amistad espontánea será la evidencia clara de lazos afectivos de incontable número de vidas donde esos valores universales han ido tejiendo, y seguirá haciéndolo, la eterna amistad entre los seres de los cuatro reinos naturales.
Recordemos que la amistad se cultiva entre los seres de los diversos reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, cuya conciencia, afortunadamente, cada día se va expandiendo, al respecto, percibiendo, comprendiendo y realizando cosas que nos indican, o no, que nos encontramos en el recto camino a que aludía Sidharta Gautama, en el óctuple noble sendero.
Adelante.

sábado, 15 de junio de 2019

NADA IMPOSIBLE, ESCUDERO



NADA IMPOSIBLE, ESCUDERO:



©Giuseppe Isgró C.




     Escudero, -dijo Hidalgo:

Cuando tu cuerpo necesita trabajo,
hazlo trabajar, enfocando tu mente a un objetivo prioritario.
Cuando necesite descanso,
hazlo descansar, para recuperar fuerzas y energías,
y el equilibrio vital, interior.
Presta atención a todas las cosas.
Da las gracias, todas las mañanas,
a la vida, a la Divinidad, o a quien tú quieras,
y entra en el Gran Silencio,
y así te prepararás para el día.
Nada es imposible para quien tiene fe,
y se prepara con tiempo para su gran destino.
Recuerda, Escudero, lo que dijo Marco Aurelio:
-"Debes hacer aquello que en este instante
la naturaleza demanda.
Atente a la acción, si alguna cosa te es dado hacer.
"Para ti debe ser suficiente un poco de mejoramiento,
aunque sea mínimo".
"Y, ten presente, en tu pensamiento, cuán mínimo es el mejoramiento también en esta particular cosa".
Imperturbabilidad en relación con todo cuanto sucede, que se origine de externa causa;
rectitud en lo que es producido por causa tuya personal;
 y entiendo: impulso y acción tengan por meta un proceder dirigido a la comunidad,
por cuanto debes estar convencido que esto, para ti, es un actuar de acuerdo con la naturaleza".
Este pensamiento de Marco Aurelio, Escudero, es una síntesis que refleja, muy bien, la esencia de la filosofía estoica, de vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza, de la que Epicteto, Marco Aurelio y Séneca, fueron tres grandes exponentes. La misma esencia, la encontramos en el pensamiento de Confucio y, en los taoistas: Lao Tse, Chuang Tzu y Lie Tse.
Todas estas, Escudero, son fuentes a las que debes recurrir con frecuencia para alimentar tu Espíritu con un alimento esencial que es de lo mejor que se ha producido, a lo largo de la historia humana, en el planeta tierra. Seguramente, trasciende sus límites terráqueos, desde la dimensión espiritual, alcanzando, -quién podría saberlo?, incontables otros mundos, donde esto, y mucho más, cosas análogas se han concebido, y realizado, en el pensamiento universal.
Adelante.