Buscar este blog

viernes, 28 de octubre de 2016

NO ME LLAMES MAESTRO, HERMANO, ES UN MEJOR TÍTULO



NO ME LLAMES MAESTRO,
HERMANO, ES UN MEJOR TÍTULO

©Giuseppe Isgró C.


No me llames maestro,
sólo a la Divinidad debe llamársele así.
Hermano, es un mejor título,
o, amigo, como decía Don Quijote.

Líder, o conductor, se diría hoy;
líder de líderes, prefieren los más exigentes.
Líder de mí mismo, prefiero, en lo personal,
y al de maestro, eterno aprendiz,
o compañero de la Divinidad,
aunque sea Ella quien nos acompañe siempre,
y muchos precisan, todavía, percibirlo.

Me gusta el término amigo;
cuando te diriges a mí;
no me llames maestro,
que me haces avergonzar
cuando medito en mi ignorancia,
y apenas una ínfima parte de ella
logro percibir.

Es incierto que Sócrates
sabía que no sabía aquello que no sabía,
cuando dijo: -“Yo solo se
que no se aquello que no se”.
Cómo podría saberlo?
Sólo la Divinidad puede conocer
todo lo que uno ignora.

Es muy fácil contar las semillas
de una naranja.
Pero, quién podría enumerar
las naranjas potenciales
contenidas en una semilla?
Sólo la Divinidad podría hacerlo!

Nosotros, jamás podremos conocer
todo lo que ignoramos,
ya que esa es la tarea
que la Divinidad nos asignó
para toda la Eternidad,
sin alcanzar jamás límites algunos.
Caso contrario, qué habría más allá
si la nada no existe?

En nuestro archivo espiritual,
o memoria, en el alma, -no en el cerebro-,
se efectúan los asientos contables,
en cada ciclo de vida,
de nuestros pensamientos, sentimientos,
palabras y actos.

En el Espíritu, el resultado de esa experiencia,
de incontables ciclos existenciales,
se expresa, como: Aptitud, capacidad,
inteligencia, o, carácter;
es decir, grado de percepción,
comprensión y realización.

Pero, en la conciencia de los seres,
que es la misma que la de la Divinidad,
o, una réplica exacta de la de ella,
se comunica la Divinidad con cada ser,
en los cuatro reinos naturales:
Humano, animal, vegetal y mineral.

El lenguaje que utiliza la Divinidad,
es el de los sentimientos análogos
al de los valores universales,
o atributos divinos.

Algunos ven, comprenden y realizan,
si persisten en centrar la atención
en el objeto de su interés,
sin abandonar a mitad del proceso.

Al centrar la atención, sosegadamente,
se expande la conciencia perceptiva,
comprensiva y realizadora.

Lo mismo ocurre con el poder creador,
potencialmente infinito, que se anida en cada ser;
se expresa con cada necesidad, deseo
u objetivo por realizar, en forma equivalente.

Por eso, al experimentar una situación
por resolver, siempre tenemos el poder
para hacerlo, si es nuestra intención realizarlo.
Es preciso afrontar la situación con ánimo de triunfar,
persistiendo cuando las cosas se ponen menos fáciles.

Este es el momento en que se activan
los poderes creadores de la mente
y la conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora.

Recuerda: jamás se debe abandonar a mitad de camino.

La actitud de triunfar siempre la expresó Bolívar,
en Casacoima, Pativilca y en todas sus actuaciones,
transmutando en éxito toda situación adversa.
Son las oportunidades ocultas, que sólo ven
quienes saben ver más allá de las apariencias,
es decir: los Époptas.

El genio viene con cada ser,
en los cuatro reinos naturales;
es preciso expresarlo cual lo hiciera
Miguel Ángel con el David que extrajo
del inmenso bloque de mármol,
quitándole todo lo que le sobraba,
pero, antes supo verlo con su imaginación,
o visión del Espíritu.

Por eso los hijos, e hijas de la luz,
desbastan la piedra bruta de la personalidad,
y labran la piedra cúbica, siempre perfectible,
con la cual encajar en la construcción
de la obra perfecta, taller de perfecciones,
según los planes trazados por la Divinidad,
en la ley cósmica impresa en la conciencia.

Es una guía certera en todo pensamiento,
sentimiento, palabras y actos.
Todo conocimiento está dentro de la conciencia
en estado de potencialidad infinita.

La experiencia del mundo sensible,
o dimensión física de la vida,
la expresa en el grado equivalente
a la percepción de turno
de la propia ignorancia.

Donde se centra la atención
se abre una ventana de la mente
y se observa lo que a nuestros ojos,
y entendimiento, se presenta.

Hay quien mira y no ve nada;
otros ven y no comprenden;
en cambio, hay quien ve, comprende
y realiza.

Éstos sostienen el mundo!
Son faros del camino
que utiliza la Divinidad
para proyectar Su Luz.

Adelante.



miércoles, 26 de octubre de 2016

LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO:


LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO:

©GIUSEPPE ISGRÓ C.

 Hidalgo, -dice Escudero, me gustaría que comentaras, hoy, los siguientes aforismos de Cleóbulo El Líndico. 

Escudero, -responde Hidalgo-, escucha con atención:


                  I.                   Él, como guía de vida, sugirió:
a)               -“Amar más el estudio que la ignorancia”. Escudero, -dice Hidalgo-: Nadie puede alcanzar logros que vayan más allá de hasta donde llegan sus conocimientos, experiencias y aptitudes. Para desarrollar estas tres importantes vertientes, cada ser precisa dedicarse al estudio constante de la vida, del universo y de las leyes, principios y valores universales que rigen las interrelaciones inherentes. Es necesario adquirir conciencia de lo que se ignora, en forma gradual, y esto es la misma vida en encargarse de proporcionarlo, diariamente, cuando la afrontamos. Constantemente nos antepone situaciones que nos obligan a la búsqueda del conocimiento adecuado del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto y del por qué. Además del razonamiento, por la lógica inductiva y deductiva, se obtienen percepciones intuitivas e inspirativas, que aportan la visión precisada, generando, paralelamente, la energía creadora para resolver cualquier circunstancia de turno, ad infinitum. Para ampliar la visión, se hace necesario aprovechar la experiencia de todos aquellos que nos han precedido en el camino, y de las mentes maestras de todos los tiempos. Con el estudio constante de la vida y obras de estos personajes, y del saber acumulado, en todo tiempo pasado, que nos pertenece, expandiremos la  visión existencial, y profesional, que nos permite encontrarle el sentido a la vida, en cada fase o etapa, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Cuando se desarrolla el hábito del estudio, el placer de aprender, constantemente, es tan grande, que a cada instante se desea estudiar en el libro de la vida, y en todas las ciencias, filosofías y artes, como disciplina espiritual y práctica de todas las virtudes.
b)               –“Que la lengua sea bendiciente”: Es preciso dominar, Escudero, el hábito de quejarse de todo y de todos, y someter los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos al dominio del Espíritu bajo la égida de los valores universales, aceptando la realidad tal como es, viendo más allá de las apariencias y descubriendo la oportunidad oculta que nos presentan todas las situaciones de la vida diaria. Esto empieza con la depuración de los pensamientos y los sentimientos, sintonizándolos con la polaridad positiva de los valores universales, con lo cual se canaliza la energía pertinente que vivifica, en su fluir, atrayendo, como un imán, lo semejante a lo que se piensa, se siente, se imagina, se habla y se hace. Lo que se expresa verbalmente, es precedido por los pensamientos y los sentimientos y los estados de conciencias, en sus respectivas estaciones mentales. Hay que empezar por elevarlos, estableciendo la conexión con la Divinidad, que los purifica, haciendo vibrar el propio ser a frecuencias más elevadas, con lo cual se comienzan a expresar las palabras mesuradas, llenas de prudencia, sabiduría y discernimiento, haciéndose cargo del efecto probable que cada una de ellas produce en el oyente,. Las palabras, al igual que los actos, activan la ley del karma, y se es responsable de lo que se dice y de lo que se hace, si con ello se producen perjuicios a otras personas, ya que una lengua maldiciente, puede descalificar, perjudicando la reputación ajena. En cambio, con un verbo pulcro, positivo, imbuido de palabras nobles y llenas de sabiduría, se armoniza, estimula y produce un inmenso bien, cuya cosecha se revierte, en primer lugar, hacia el emisor. Y lo contrario, también es cierto. Por eso, Sidhartha Gautama, poco después de Cleóbulo, diría que, para erradicar la causa de la insatisfacción personal, era preciso pronunciar rectas y nobles palabras. Se deben pronunciar bendiciones, por los campos de fuerzas positivos que crean alrededor de quien las pronuncia, abriendo canales de conexión con seres de análoga condición espiritual, en la ecología mental. Es preciso potenciar las bendiciones, con lo cual se antepone barreras positivas a la canalización de fuerzas poco deseables, facilitando las benéficas. Centrar, sosegadamente, la mente en la Divinidad, mediante el constante recuerdo de su nombre, repitiéndolo hasta sentir la conexión y la canalización de fuerzas elevadas, que aportan el pleno dominio de los pensamientos y sentimientos, el equilibrio mental y espiritual y la armonía del ser.
c)               –“Ser familiares a las virtudes y extraños del vicio”: Todos los sabios, a lo largo de la historia, y las principales doctrinas de cada país y época, han señalado la importancia del recto camino, es decir: Vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza y regidos por los valores universales del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza. Solamente enmarcando los pensamientos y los sentimientos dentro de los parámetros de los valores universales, se puede vivir una vida virtuosa, practicando todas las virtudes. La vergüenza, el decoro, el pudor y el deber, como maestros de vida, inhiben a cada ser, de transcender los límites de lo justo y perfecto, tanto por la acción como por la omisión.
d)               –“Amar a la justicia”: En la conciencia de cada ser existe impreso el libro de vida, con una hoja de cálculo, donde se registran los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos. Los dos primeros, activan la ley de atracción, imantando a la propia vida lo semejante a lo que se piensa y siente. Pero, las palabras y los actos, activan a la ley del karma, y se es responsable de toda palabra y acciones injustas, debiéndose compensar todo efecto nocivo inherente. Si hay que pagar las consecuencias de las acciones injustas, a qué sirve incurrir en ellas? Una cosa tan sencilla, hasta un niño la puede comprender, si se le explica. Queda tanto camino por recorrer para hacer que las personas sean justas y virtuosas. Se precisa, Escudero, educar a los niños en los valores universales, compenetrándolos de la sabiduría que les es inherente, para que les sirva de guía de vida, en los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. La educación en los valores del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, facilitará la práctica de todas las virtudes, con naturalidad y desapego.
e)               –“Aconsejar a la Patria, lo mejor”: Todo líder preparado con los valores universales, con una visión de estadista elevada, como la tenía, por ejemplo, el mismo Cleóbulo, y los demás sabios de Grecia, podrá percibir las metas a corto, mediano, largo y macro plazo, convenientes  a las comunidades cuyos destinos rige, por determinado lapso. Es responsable del bien y del perjuicio que con sus acciones produce. Del primero, cosechará gloria; del segundo, su propia conciencia y sus contemporáneos, se encargarán de hacerle el reproche que le hará entrar en razón, experimentando la vergüenza pertinente. Es nuestra obligación contribuir a que la propia Patria sea mejor de cómo la hemos recibido. Cuando en un nuevo ciclo de vida se vuelve a la propia Patria, o en cualquier parte del Planeta Tierra, que es el hogar común, encontraremos lo que ahora anhelamos. Por eso, si queremos un mundo mejor al que nos ha tocado vivir, es nuestro deber contribuir a su desarrollo de acuerdo a las propias posibilidades.
f)                  -“Refrenar los apetitos”: Es preciso ser dueño y señor de sí mismo, comenzando por el dominio de los pensamientos y sentimientos. Si se ejerce el pleno control de los mismos, direccionándolos a voluntad, se hará, también, con todos los actos de la propia vida. La templanza, la moderación, el autodominio, la frugalidad, la austeridad y la disciplina, permitirán mantener el pleno equilibrio en todo. Esto se refleja en la propia dignidad. El sentido de la auto-estima conlleva el respeto propio y ajeno, en la comunidad en que se vive. Por lo cual, lo primero que hay que elevar es el sentimiento de la propia dignidad, cultivando los valores esenciales, manteniéndose, siempre, dentro de los límites impuestos por la vergüenza. Esto se traduce en una mejor salud física, mental y espiritual, y en el ejercicio de una vida plena y virtuosa.
g)               –“No hacer cosa alguna por fuerza”: Toda persona con elevado sentido de la propia dignidad, no desea obtener nada que le sea entregado ejerciendo determinado grado de fuerza o persuasión, que no sea el convencimiento natural de la otra parte. Prefiere, generalmente, declinar a recibir lo que le es debido, si debe recurrir a las acciones que trasciendan los límites de su auto-estima. Este mismo sentimiento, le impide que acepte realizar actos de acciones indebidas, por la manipulación, forzadas por amenazas veladas o abiertas. Se debe declinar la realización de cualquier acto cuya aceptación no haya sido valuada por un proceso de toma efectiva  de decisiones, y sobre todo cuando el mismo esté reñido con el sentido de la justicia. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está dotado del libre albedrío, por lo cual, al igual que se debe respetar la libertad en la toma de decisiones de los demás, es necesario hacer respetar la propia libertad de decisiones, declinando con amabilidad, pero con firmeza, toda imposición impuesta por intereses de grupo, que no se ajuste a lo justo, con lo cual se gana el respeto de las personas con quienes se interactúa, pero, sobre todo, el propio.
h)               –“Instruir a los hijos”: La mejor herencia es la educación, cosa clara, hoy en día, en la mayoría de los padres, por eso tanto esmero de que se cursen carreras universitarias en las mejores universidades del propio país y del mundo. Pero, la mejor educación de todas, es la de los valores, que deben ser enseñados por el ejemplo, ya que nadie puede dar lo que no tiene, ni pretender que los hijos sean virtuosos si a cada paso se les dan ejemplos contrarios.  Hay que estimular a los hijos en la lectura de biografías de hombres y mujeres ejemplares, que tanto modelan la vida. Ejemplos de este tipo de obra, son las Vidas Paralelas, de Plutarco, la Odisea, de Homero y El Quijote y las Novelas Ejemplares, de Cervantes, entre incontables otros.
i) –“Deshacer las enemistades”: Una conducta virtuosa, en todo momento, se granjea la amistad de todas las personas, pese a las excepciones temporales. Depende del respeto que tengamos hacia los demás, de la cortesía y del trato justo: es decir, ejerciendo la justicia en los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos; siendo leal, respetuoso y haciendo a otros lo mismo que se quisiera recibir en idénticas situaciones, siempre dentro de la más estricta justicia y parámetros de los valores inherentes. Una disculpa a tiempo, o a posteriori; una compensación adecuada al perjuicio ocasionado, y sobre todo, no inmiscuyéndose en las cosas de los demás, ni permitir que los demás lo hagan con las propias, manteniendo cierta distancia, dentro de los parámetros de la digna convivencia, ya que el exceso de familiaridad, o confianza, al final, se traduce en enemistades gratuitas. Siempre es importante limar las asperezas, o los resentimientos, si ello es posible, caso contrario, hay que despreocuparse, y dejar que el tiempo, oportunamente, aporte la armonía y el orden inherentes. Es preciso dejar de realizar tratos con personas belicosas, inseguras o con ausencia de valores, ya que, al final, se traducirán en conflictos y en enemistades inconvenientes. Hay personas, que si no la hacen al inicio, la harán antes de terminar, porque esa característica forma parte de su naturaleza temporal. Con tales personas, es menester mantenerse al margen y abstenerse de realizar tratos de todo tipo e índole, única manera de asegurarse una paz mental.
j)–“A la mujer ni halagarla ni reñirla delante de otros; porque lo primero indica demencia; y, lo segundo, furor”. Esto, Escudero, se explica por sí mismo. Si alabas tu queso, querrán probarlo, y si lo descalificas, posiblemente, incitarás, igualmente a degustarlo. La reprobación en público refleja una ira exaltada fruto de la poca ascendencia sobre la mujer, lo cual resulta inconveniente. Es mejor que sobre las cosas inherentes a la propia intimidad nadie tenga inherencia más allá de lo prudente para evitar sinsabores. Pero, en todo, debe imperar el respeto, la mesura y la expresión de la propia dignidad, confianza, seguridad personal  y el sentido de la propia importancia.
k)               –“Que no se ha de reñir al doméstico cuando está embriagado, que si lo haces, parecerá más bien que lo insultas”: No solamente, Escudero, al doméstico, sino a cualquier miembro de la familia, si tuviere ese hábito poco edificante. Cuando vuelva a su sano juicio, generalmente, la misma persona se disculpa, ya que, casi siempre conserva el recuerdo del exceso verbal o de acciones indebidas en que haya incurrido. En ese momento, según el caso, se aprovecha la oportunidad, con las maneras adecuadas, de hacerle las sugerencias pertinentes, o las amonestaciones a que hubiere lugar.
l) –“No rías del que es perseguido con burlas y contumelias, porque se te hará enemigo”: La vida es un mecanismo lleno de sabiduría, donde cada ser, en los cuatro reinos naturales, tiene un objetivo fundamental, en cada fase de su existencia: Transmutar estados de conciencia a niveles más elevados y transformar la adversidad en oportunidades de crecimiento y triunfos, en tiempo oportuno. Esto determina que la manga de la sartén suele cambiar de manos y quien, en un momento dado se encontraba en situación de desventaja, puede, ahora, reubicarse en una posición de ventaja, respecto a los que, poco antes, les adversaban, o simplemente, le hostigaban, buscando perjudicarle. Tanto si de trata de un acto de justicia como de injusticia, por parte de la persona afectada, siempre al ser humano, y a cualquier otro ser de los cuatro reinos naturales, debe tratársele con consideración. Es decir, hay que atacar al acto, con justicia, pero, tratar con respeto a la persona, para elevar su dignidad. Si se logra este, el sentimiento de la autoestima hará el resto. Esta actitud respetuosa ejerce una influencia estimulante a la enmienda por parte de la persona involucrada, ya que, al descender por el camino de la ausencia de virtudes, o antivalores, la compasión, el sentido de la justicia, el trato humano, la bondad y la consideración, como si fuese un ser humano de elevadas condiciones morales, se le estimulará a ser como se le da a entender que es: un ser que no es más que la expresión de la Divinidad, en una fase poco favorable de su eterno camino de retorno. Pero, es una fase temporal, que la misma fuerza divina que reside en ella, le moverá hacia adelante, y un día, superada dicha etapa, aflorará lo que realmente es. Es importante mirarse en ese espejo, en el cual, en los incontables millones de existencias pasadas, muchos de nosotros hemos pasado por situaciones análogas, y seguramente, se volverán a tener bajones que superar, nuevamente, a niveles más elevados de conciencia. Por lo cual, con la misma vara con que se mide, se será medidos, y se probará la sopa del propio chocolate, para aprender a qué sabe, y de esta manera, ser más prudente la siguiente vez. Luego, el aforismo advierte en la posibilidad de hacerse de enemigos gratuitos, por la descortesía tenida con alguien que, pese a su condición, no ha realizado ningún perjuicio a los espectadores. Viendo más allá de las apariencias, ese ser humano, en condiciones tan desventajosas, no es más que uno de los rostros de la Divinidad que advierte a la comunidad de las miserias existentes en la sociedad, por ausencia de actos de justicia, de solidaridad y de amor, cuando se manifiestan cuadros de esa naturaleza. Significa que los líderes de turno y los que tienen la función de gobernar, a nivel local, nacional o mundial, no están cumpliendo, debidamente, su rol de contribuir a las condiciones de vida idóneas en sus respectivas localidades. En todo, y en estos casos también, se trata del respeto humano, del amor y de la compasión, y la actitud reflejada, en estas situaciones, indican lo que cada quien es, que puede ser peor el que se burla y hostiga, que el afectado.
m)            –“En tus prosperidades no te ensoberbezcas, ni en las adversidades te abatas de ánimo”: El largo camino de la vida tiene altos y bajos, y lo que importa es el promedio, o el resultado final, por el que cada quien será valuado. Todo éxito en un momento dado no deja de ser temporal y el logro obtenido, un adelanto que deberá ser utilizado con prudencia, acto seguido, cuando se le requiera. Si la persona se envanece, dejará de ver su siguiente meta y se puede extraviar, tomando sendas diversas a las convenientes. Por lo cual, el desapego del logro, permitirá conservar la prudencia, preparándose para la siguiente fase, oportunamente, sin pérdida de tiempo, ya que la vida, tiene preparada la nueva misión que habrá de afrontar. La persona prudente, conserva un estado anímico estable tanto en la prosperidad como en la adversidad, ya que para ella, su estado mental es de prosperidad en toda situación. Unas, las ventajosas, les presentan la oportunidad de optimizar sus recursos: aptitudes, experiencias, capital integral, y cualquier otro del cual disponga. Otras, las adversas, le demuestran que su poder es el mismo en toda circunstancia, y le permiten transmutar en ventajosas toda situación poco favorable, que no es más que la máscara que, bajo la modalidad de problemas por resolver, esconden la oportunidad de aportar bienes o servicios, y forjar caudales de riqueza y crecimiento personal. En ambas situaciones, se cumplen funciones de servicio con la comunidad, con la Divinidad, y consigo mismo, como una asunción de responsabilidad cósmica, o como suele decirse, en el argot gerencial moderno, de responsabilidad social. El camino de la vida es un eterno retorno del ser individual al Ser Universal, por lo cual, pararse en un tramo del mismo para vanagloriarse de un éxito relativo, y temporal, implicaría estancarse, quedándose rezagado de otros que le adelantarán. La vida sigue adelante sin pararse.
n)               –“Aprende a sufrir y a soportar con fortaleza los reveses de la fortuna”: Las personas que han alcanzado grandes éxitos, lo han hecho después de cierto número  de acciones infructuosas, que le demostraban que no era ese el camino por el que debía andar. Una puerta cerrada indica que se está abriendo otra, en algún lugar, que es la correcta; es preciso buscarla, verla y entrar por ella, empezando esa nueva senda. El desapego de los resultados permite seguir adelante con la atención puesta el triunfo final, sin importar el número de veces que se actúa en la búsqueda del resultado. Es preciso que la persona establezca una curva de resultados, del lapso factible dentro del cual es posible, estadísticamente hablando, la obtención del logro apetecido. Después de lo cual, mientras más tiempo transcurra, más cerca se estará de los resultados. Lo importante es no abandonar a mitad de camino, ya que, cuando las situaciones se ponen menos fáciles, es cuando más cerca se encuentra, cada quien, de transmutar las situaciones de desventaja en ventajosas, mudando la noche en día y surgiendo las coincidencias que aportan lo que se anhela. Oportunamente, el poder potencialmente infinito del cual se dispone, permite superar cualquier fase existencial, en el tiempo perfecto de Dios. Toda situación que se afronta en la vida es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, además de potenciar la expresión de la fortaleza, la templanza, la prudencia, el sentido de la justicia, la belleza y el equilibrio. La serenidad, la calma imperturbable, la impasibilidad, la confianza plena y el entusiasmo, afloran en la faz el ser que está consciente de que su estado de ánimo debe permanecer inalterable en los altos y bajos de la vida, centrando su atención en la Divinidad, deleitándose en su contemplación, ya que ella es la Dadora de todo, y lo que envía, en un momento dado, por la ley cósmica, es lo que conviene, en esa fase de desarrollo espiritual y humano.
o)               –“Hay que reverenciar al Padre”: El padre, y la madre, son los seres por los cuales hemos accedido a la fase física de la existencia. Ello forma parte de un plan de vida elaborado previamente, a nivel de pre reencarnación, por factores kármicos, o de afinidad, por querer realizar objetivos comunes. Pese a que los padres cumplen un rol, siguiendo, posteriormente, los hijos, sus propios caminos, sin apego, el respeto, el amor, la consideración, el apoyo que se les de, es una retribución insignificante por todo lo que ellos realizan por cada uno de sus hijos, que no podría enumerarse, en un momento dado. Aún cuando no exista una gran afinidad, por las circunstancias kármicas de vidas anteriores, el respeto, la consideración, el afecto y el amor, deben expresarse, generosamente, ya que se siembra, ahora, lo que se cosechará en el futuro, como aprendizaje de vida. Esto siempre se ha venido repitiendo y los antiguos percibieron, en ello, una profunda sabiduría. En los casos en que los padres y los hijos sean viejos amigos, o afines de incontables número de vidas anteriores, esa reverencia y afecto recíprocos se expresan mutuamente, en forma espontánea, sin esfuerzo alguno. Es que el amor que impera entre los seres, por la afinidad, por la amistad y por el sentimiento de justicia que rige el Espíritu de conciencia elevada, aflora con naturalidad. Aún en los seres de menor progreso espiritual, la afinidad permite que emerjan sentimientos de reverencia hacia los padres, espontáneamente. Empero, en todos los casos, los afines se juntan entre sí. Es preciso, como un acto de justicia, rendir tributo afectivo a los seres que tanto han dado por nosotros, como son los propios padres.
p)               –“O, instruido en muchas cosas, o, en ninguna”: La misión cósmica de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la percepción total de la sabiduría de los atributos divinos y/o valores universales, bajo cuyos parámetros regir las acciones de aprendizaje, ejercicio y magisterio de la verdad universal y de la práctica de todas las virtudes, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Esto significa, que, es imperativo aprender, adquiriendo la experiencia integral, en todas las vertientes y variantes, sin límites de ninguna índole, como un mandato de la Divinidad. Es una misión eterna e infinita. Por supuesto, jamás se logrará alcanzar un límite, por cuanto siempre se encontrará un más allá en progreso y elevación de estados de conciencia. La especialización necesaria, temporalmente hablando, no deja de ser limitante en el desarrollo de la propia visión. La persona exitosa integralmente, se forma, a nivel profesional, conociendo lo más posible todas las áreas inherentes a su campo de acción. Al mismo tiempo, precisa formarse una visión global de la vida, de sus valores universales, de sus leyes y principios, de las ramas de culturas inherentes a todo tiempo y país, para formarse una visión amplia,  como bagaje humano, que permita encontrarle el sentido a la vida. Es preciso vivir una vida con propósitos esenciales acordes con las leyes cósmicas impresas en la conciencia. Los líderes, para serlo, desarrollan la visión capaz de orientar a sus cooperadores. Estudian a fondo todas las áreas del saber, de todas las épocas, para percibir las lecciones del pasado, comprender el presente y proyectar el futuro. El campo es extenso: La historia, la economía, los clásicos, la gerencia, la psicología, la filosofía, la axiología, o ciencia de los valores, el markenting, las ciencias, las tecnologías inherentes a su propio campo y otros interrelacionados, las biografías de los grandes hombres y mujeres, el Derecho, y las legislaciones vigentes, en cada país. Hay que conocerlo todo, gradualmente, única manera de que la propia opinión pueda ser tomada en cuenta en situaciones trascendentales.
q)               –“Sobreponte al placer”: Tanto el placer como el dolor, son maestros de la vida, y generalmente, van juntos. El placer permite realizar actividades que lo produzcan, evitando el segundo. Pero, el exceso de placer, en determinado grado, produce su opuesto, el dolor, que a su vez, permite descubrir las causas que lo generan, y a evitarlas. Todo obedece a la ley de causa y efecto. Si hay un efecto doloroso, es porque existe una causa que lo produce. De nada sirve paliar el dolor, si la causa persiste. Quitándola, el efecto desaparece por sí solo. El placer y el dolor, el dulce y el amargo, el bien y el mal, la noche y el día, la luz y la oscuridad, el amor y el odio, el éxito y la ausencia del mismo, entre tantos otros, son instrumentos de la ley cósmica que permiten el aprendizaje y la obtención de la experiencia, el conocimiento y el desarrollo de las propias aptitudes, es decir, la capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora de la verdad y de la virtud. La fortaleza, la templanza, la prudencia, la belleza, la justicia y la armonía, permiten mantener el perfecto equilibrio en todo, dominando la ley de polaridad, imperando el justo medio en todo, pese a los vaivenes del movimiento pendular, que es preciso trascender, sin pararse en ninguna de sus fases, fluyendo en un llenarse y vaciarse, como aprendizaje fundamental, ejerciendo la práctica de las virtudes, y el magisterio de la verdad, enseñando con el ejemplo. 
r)                –“Da gracias a la suerte”: Detrás del término suerte, se esconde un mundo de causalidades, que determinan el éxito final en toda acción humana. Es que, cada quien forma parte de un propósito común y universal, todos cooperamos. La ley de la vida es el triunfo, aunque requiera su recto esfuerzo alcanzarlo, en preparación, estudios, experimentación, para adquirir experiencia, desarrollando aptitudes, percibiendo los puntos menos fuertes para transmutarlos en fortalezas, y anteponiéndose objetivos, con cuyo logro se da un aporte al entrono en que se vive. Ese objetivo de aportar bienes y servicios, se corresponde con la ley de oferta y demanda cósmicas, en todos los ámbitos existenciales. Es decir, el entorno universal está interesado en el propio éxito de cada quien, ya que su aporte llena una necesidad, y es precisado por alguien. De manera que, cuando, finalmente, el propio servicio o bien, es requerido por alguien, adquiriéndolo, implicando un éxito, que pareciera un factor de suerte, en la misma se expresaron un conjunto de causalidades que la produjeron. Aún así, es preciso mostrar gratitud, y expresarla, ya que, en el intervalo se recibió la ayuda de un incontable número de seres que hicieron factible dicha manifestación de éxito. La gratitud es un imán que atrae a la propia existencia un mayor número de cosas análogas por las cuales se efectúa. Hay que expresar, también, las gracias anticipadas por la suerte, y/o el éxito que se espera obtener en la realización de objetivos en curso, o por situaciones en espera de solución. Detrás de todo éxito existe una mentalidad decidida a lograrlo , con una visión clara del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quien, del cuánto y del por qué. La constancia, la tenacidad, la confianza y el entusiasmo hacen el resto.                                                                                   
s)                –“Considérate en paz con el amigo de tu pueblo”. (Parafraseado). También, enemigo de quienes los son de la propia Patria, tanto foráneos como internos. De de ambas clases podrían existir, en un momento dado. Esto lo plantearon tanto Cleóbulo como Solón, en su época, expresando que nadie debía permanecer con indiferencia ante la invasión de enemigos de la Patria.  También lo hizo Simón Bolívar, en la época de la contienda por la Independencia Latinoamericana, ya que mucha gente no sabía a que bando pertenecía, por ser, realmente, una guerra civil entre fraternos seres, en esencia. Bolívar se inspiró en Solón, cuya lectura de su vida realizó en temprana edad en las Vidas Paralelas de Plutarco. Esta es una obra que toda persona debería leer por la inmensa sabiduría que contiene, y por ser la que más ha contribuido a forjar líderes y estadistas, en el mundo occidental, a partir del siglo II de nuestra era. En épocas como la nuestra en que tantas personas, en un momento dado emigran, buscando ambientes mejores, muchas veces lo que buscan afuera, lo podrían encontrar en el patrio suelo. Empero, los hilos del mundo y la retorta del mismo, son dirigidos por la ley de causa y efecto, y las cosas suelen ocurrir de la única manera en que deben hacerlo. Pero, las situaciones imperantes, permiten aflorar los líderes situacionales pertinentes, en tiempo oportuno, transmutando las situaciones en ventajosas, para gloria de unos y oprobio de otros menos dignos, pero, en beneficio del equilibrio de los pueblos involucrados. Aún en esto, existe la causalidad como maestra de vida que rige todo, donde cada quien cosecha lo mismo que siembra y es medido con la misma vara con que, previamente, midiera.
  

lunes, 24 de octubre de 2016

LA LUZ EN LA CONCIENCIA


LA LUZ EN LA CONCIENCIA

©Giuseppe Isgró C.


Escudero, -dice Hidalgo:

Hay sólo dos caminos: el correcto, es decir, la vía recta, que es la más corta para llegar a la verdadera meta, más allá de las apariencias, y la otra, la incorrecta, la tortuosa, que no conduce a la meta asignada por el orden de las cosas, y que, más bien, aleja de ella, saliendo del orden natural de los valores, y en forma esencial, de la justicia inherente.
Los primeros, cosechan gloria inmortal, en el decir de Homero, y de Simón Bolívar, El Libertador, -el hombre que lo dio todo por la Independencia de Latino-América. Los segundos, al alejarse de la línea recta, de los valores y del sentido común y de la justicia, cosecharán el repudio de sus contemporáneos, y la historia los olvidará, como lo hizo con los incontables individuos que han sido azotes de la humanidad y que hoy ni siquiera se quiere pronunciar sus nombres para que las nuevas generaciones no sepan que existieron seres de esa naturaleza "humana".
A qué sirven tantos afanes para estar indebidamente en el poder cuando en forma mayoritaria nadie les quiere. Por la fuerza? Si fuera posible lograrlo, qué méritos tiene? El día en que hagan conciencia, la vergüenza que experimentarán no le hará encontrar ningún hueco, en la tierra, donde esconderse.
Gente con poca dignidad quiere abrogarse el derecho de gobernar usando subterfugios que a nadie escapa la percepción de la indignidad del acto, cuánto menos a la Divinidad, que tiene la medida de todas las cosas, y a tiempo, oportunamente, les dará su estate quieto. Esto ocurre a nivel mundial, no solo en un país determinado. Mientras más errores cometan de este tipo, más les acercan a su salida del escenario de una manera poco honrosa. Gobernando en forma indebida, puede alguien imaginar que no recibirá, oportunamente, la lección de la vida, que le hará experimentar en carnes propias, la enseñanza que precisa: HAY QUE RESPETAR. Y esto del respeto va con todos, hasta con aquella persona indigna que en un edificio, estorbándole la presencia de un gatito, le coloca comida envenenada, para despacharlo a mejor vida. Son actos cuyo nombre merecen, nosotros no lo pronunciamos, porque, con cualquier cosa que digamos les haríamos un favor, ya que cualquier calificación le beneficia. He aquí una de las razones por las cuales se debe hablar, de las personas que lo merecen, solo de las cosas buenas que conozcamos de ellas.
Hay países que, como Venezuela, han demostrado madurez política y no han caído en provocaciones para utilizar acciones que trasciendan la vía pacífica. Siempre Venezuela ha superado sus horas menguadas y menos fáciles: lo hará cuantas veces sea necesario, ad infinitum. Es bueno que lo sepan todos.
Todos los líderes venezolanos, con sus aciertos y sus errores, han demostrado amor por Venezuela, y honrado la historia patria.
Y la historia, que se repite, una y otra vez, demostrará una vez más, que está cerca su dorado amanecer, después de la temporal noche oscura, porque es ley de vida que así sea.
Venezuela está destinada a ser uno de los mejores países del mundo, no una granja de unas pocas personas que equivocaron el camino y que, el orden natural de las cosas, ubicará, en el tiempo perfecto de Dios, en su verdadera realidad, y ubicación, donde, por sí mismos, beberán la sopa de su propio chocolate para que vean a que sabe, para que vean si le gustará lo mismo que han hecho tomar a otros. Esto, porque siempre ha sido así, es ley de vida, y ésta se hace cargo, silenciosamente, de hacer justicia, y nadie se entera de ello, porque la naturaleza no hace alardes. El sabio Salomón sugería, parafraseándolo, que nadie envidiar la suerte del que obtiene riquezas inmerecidas, o indebidamente, porque nadie sabe en que se le convertirán. Si muchos de los líderes extraviados de hoy, en el mundo, supieran lo que le espera como lección de vida por su indebida actuación, hace tiempo que se habrían dejado de eso. Se habrían encaminado en mejor dirección, cuyo resultado final habría sido más satisfactorio para todos. Pregunto: Si se está en posición de poder, y se puede hacer el bien, por qué debe hacerse el mal? Si alguien tiene la respuesta que la diga. Estimo que no siquiera las personas interesadas, que son los mismos actores, conocen el por qué de lo que hacen, si lo supieran, cambiarían de rumbo. Pero, esta no es la docta ignorancia por la cual la Pitia del Oráculo de Delfos calificó a Sócrates como el hombre más sabio de Grecia. La ignorancia de Sócrates es la conciencia de lo que él ignoraba, mientras que los artesanos, los políticos, los poetas y los oradores de su época, creían saber más de lo que realmente sabían. Pese a los 2.399 años que han transcurrido, las cosas no han cambiado mucho. Aquí reside la importancia del darse cuenta. Darse cuenta de que se ha equivocado el camino, y rectificar. Rómulo Gallegos, una de las conciencias éticas más admirables lo demostró no sólo en su obra escrita, en su conducta y vida pública, como político, sino en la e´poca en que querían manipularse para cambiar el rumbo en su acción ejecutiva al frente del país. José Vargas, uno de los dos Aristóteles que tuvo Venezuela, junto con Andrés Bello, era otro líder del mismo calibre moral, al decirle a Carrujo que el mundo pertenecía al hombre justo, y no de aquellos que utilizan la ley del más fuerte: siempre saldrá en el propio camino alguien más fuerte, y justo, que impondrá el orden natural de todas las cosas.
Decía Michele Isgró Scibilia, que: -"Cuando el mundo parece que se acaba, comienza de nuevo". Después de la noche, viene el día. Alguien puede dudarlo? Cuántas horas le quedan a la situación que se afronta para que amanezca. Duda alguien que amanecerá? No es necesario que se dude o se crea: Amanecerá y brillará el sol. Es mediodía en punto, para la justicia divina.
Es bueno tener presente, que hacer el bien es mejor que lo contrario, porque el bien y el mal que se haga regresa a cada quien que sea su ejecutor.
Las nuevas generaciones deben ser educadas en los valores, desde el vientre de la madre, para que no se repitan acciones que deben ser olvidadas.
Deben ser recordados los actos ilustres, dignos, ejemplares, cuya emulación dignifica. Por eso es preciso leer las VIDAS PARALELAS, de Plutarco, y las biografías de hombres ilustres.
No vaya a creer nadie que Venezuela está desprotegida, o cualquier país del mundo donde ocurran, temporalmente, cosas que jamás debieron haber ocurrido. Así es la vida, ocurren, por alguna razón de aprendizaje y basta; hay que asumirlas, pero, es preciso evitar que vuelvan a ocurrir. Pero, el orden superior de las leyes divinas, inspirará las acciones heroicas que volverán a retrotraer a la Gran Patria de Bolívar, de Páez, Sucre, Miranda, Andrés Bello, Uslar Pietri, Carlos Andrés Pérez, y tantos otros, a un nuevo ciclo histórico de expansión creadora y de progreso, ya que, Venezuela está destinada a ser uno de los mejores países del mundo, en todos los sentidos, vertientes y variantes.
Enviemos un pensamientos de paz constante a la humanidad del planeta tierra, y sobre todo, con el ejemplo, sembremos, cada quien, los valores que ayuden a gestar la realidad anhelada por la gente de conciencia más lúcida y elevada. Hasta por esos infelices que andan por los caminos torcidos, hay que enviar una bendición, y un pedido de luz, para que la divinidad les ilumine y les haga rectificar a tiempo, soltando lo que no les es inherente y oportuno, porque ellos, sin darse cuenta, están cavando más hondos el pozo del que le costará más tiempo, luego, al hacer conciencia, salir, y reivindicarse. Aún estos individuos, en los planes de Dios, tienen la oportunidad de reivindicarse, pero, cuánto habrán de experimentar para depurarse, sólo la Divinidad lo sabe. En los planes de Dios, el tiempo siempre está presente, y es eterno, los descarriados deberán rectificar y lo harán, tarde o temprano. Cuando la luz divina de los valores universales penetre en la conciencia de cada ser, en el grado adecuado a los tiempos que corren, según las inquietudes de los tiempos presentes, tendremos un mundo mejor. Así sea. Adelante.


sábado, 22 de octubre de 2016

SÓCRATES Y DON QUIJOTE


SÓCRATES Y DON QUIJOTE

©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Sócrates y Don Quijote, presentan un notable paralelismo: El primero, personaje real, en el que Platón ejemplifica al Espíritu modelo de las virtudes integrales.
Es calificado por la Pitia, como el hombre más sabio de Grecia, por su Docta ignorancia. Es decir, era el griego que mayor conciencia tenía de lo que ignoraba; pero, por supuesto, no de todo lo que ignoraba.
Quién podría saber todo lo que ignora? Sólo Dios tiene ese conocimiento en grado infinito; empero, siendo el ser humano una parte indivisa de Dios, lo posee en estado potencial, el cual, eternamente, irá descubriendo. 
Larga es la tarea en el camino señalado por Sócrates, pero la emoción, y el sentimiento de autorrealización, que acompañan a los humanos, en su recorrido, lo justifican.
El segundo personaje, Don Quijote, es de origen imaginario, pero ha llegado a ser tan real que durante siglos ha venido acompañando a la parte más noble de la humanidad, en todos sus niveles, en ese camino ejemplar iniciado por Sócrates, y por muchos otros, antes de él. 
Quién puede saber por cuanto milenios, aún, Don Quijote seguirá siendo el amigo fiel que hará compañía a los humanos en el eterno camino del retorno?
Empero, también Don Quijote seguirá progresando; pero siendo “un ser” adelantado a su tiempo, en cada etapa irá por delante, señalando los nuevos caminos del ingenio humano, que la humanidad habrá de seguir, con paso seguro.
Esto se debe a que los valores universales son eternos e inmutables, y siendo siempre iguales, lo que cambia no son los valores ni el personaje, en este caso Don Quijote, que los representa.
Lo que va cambiando es el estado de conciencia de la persona, que al ir ascendiendo a mejores niveles de comprensión, los mismos valores los va contemplando desde una perspectiva más elevada.
No es Don Quijote el que ha variado, pues sigue siendo el mismo libro en el que Cervantes narra las hazañas heroicas del caballero andante y de su escudero.
Es la humanidad quien va cambiando, y seguirá haciéndolo, percibiendo las cosas tal como son.
Dado que el lector de Don Quijote, por su lectura establece sintonía mental con la ecología espiritual, en ambas dimensiones, con aquellos seres que representan los estados de conciencia idealizados por Cervantes en su magna obra, por vía intuitiva, o inspirativa, va percibiendo nuevos niveles de realidad.
Empero, a pesar de ser Sócrates un ser real, cuánto de imaginario no hay en él, con cuyo carácter sublimizado le adornara el genio incomparable de Platón? 
Al referirnos al elemento imaginario lo hacemos en relación a la percepción intuitiva, e inspirativa, que es la visión del Espíritu.
Es la inefable capacidad de ver más allá de las apariencias. Es que Platón vio en Sócrates mucho más de lo que vieron sus contemporáneos. 
Observó ese carácter atemporal, esa elevación espiritual imbuida de los valores universales que sólo unos pocos han sido capaces de percibirlos en ese mismo nivel, y entre ellos, además de Platón, y Cervantes, se encuentran Homero, Confucio, Lao Tse, Sidharta Gautama, Mahoma, Allan Kardec, y unos pocos más. 
Esa es la razón de que Platón permanezca tan inagotable como el autor del Quijote, en el tiempo.
Adelante.