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viernes, 21 de mayo de 2021

PACIENCIA ES SABIDURÍA Y PODER

 PACIENCIA ES SABIDURÍA Y PODER


©Giuseppe Isgró C.

 

 

En la paciencia se expresan todas las virtudes y la percepción, comprensión y realización de los principales valores universales.

La prudencia, percibiendo la sabiduría de los designios del Ser Universal, o Divinidad, expresados por medio de la ley cósmica.

La conciencia de aceptar, asumiendo, la realidad que se afronta, deleitándose con las situaciones que la vida va presentando, diariamente, como aprendizaje, ejercicio y magisterio de la verdad universal.

Cada Situación aporta las pruebas que desarrollan el ingenio y permiten aprovechar la oportunidad inherente como fuente de riqueza integral, aprendizaje y realización.

La paciencia es expresión de la fortaleza, virtud fundamental, ya que asumir, superando la situación emergente precisa la expresión del poder potencialmente infinito, que se anida en el ser, en conexión con la Divinidad. Expresa, al mismo tiempo, la templanza, bien sea resistiendo, soportando, asumiendo o realizando, sosegadamente, con ánimo y actitud templada, para mantener, o alcanzar, el equilibrio, justo y perfecto.

La justicia se expresa en cada situación, lo cual percibimos cuando miramos más allá de las apariencias. Igualmente, lo hace la belleza, la serenidad, el decoro, la moralidad, la tenacidad, la confianza, el perdón, la verdad, la igualdad y la compensación, y sobre todo el progreso eterno y constante en el ascenso evolutivo, o adquisición de nuevos estados de conciencia, en las infinitas estaciones, o grados de percepción, comprensión y realización. Esto se expresa en la aptitud y en la actitud, ante y frente a la vida.

Paciencia, serenidad, comprensión, conciencia, realización, fortaleza, templanza, belleza, justicia, amor, sabiduría y poder. Paciencia es sabiduría y poder.

 


DAR LAS GRACIAS

 


DAR LAS GRACIAS

 

 Giuseppe Isgró C.

 

 

 

        Da las gracias, a la Divina Providencia, por todas las cosas buenas que posees: Vida, con un espíritu inmortal; luz, experiencia, familia, amigos, salud, voluntad de triunfar, tenacidad, auto-confianza, “know how” o conocimientos técnicos y/o profesionales, cultura, ciertos recursos, etcétera.

El poder de la gratitud conecta la propia dínamo psiconsciente con la fuente de donde emana todo poder genuino, el Gran Ser Supremo, con cuya unión armónica experimentas, automáticamente, las más sublimes manifestaciones de conciencia cósmica, energía y plenitud de vida.

Llena, la mente, de admiración y respeto por las leyes universales que impecablemente rigen todo, como “la dirección invisible” a que hacía referencia Adam Smith, en su obra “Las Riquezas de las Naciones”, cuando decía: -“Todo individuo trata de emplear su capital de tal forma que su producto tenga el mayor valor posible. Generalmente ni trata de promover el interés público ni sabe cuánto lo está promoviendo. Lo único que busca es su propia seguridad, sólo su propia ganancia y al hacerlo, una mano invisible lo lleva a promover un fin que no estaba en sus intenciones. Al buscar su propio interés, a menudo promueve el de la sociedad más eficazmente que si realmente pretendiera promoverlo”-.

El amor, la humildad, la sinceridad de propósito, la paz y el orden interior, son elementos que es preciso cultivar, asiduamente, en el ascenso del progreso y la propia contribución a la riqueza del mundo.

La regla de oro es efectiva, cuando exhorta: -“Haz a los demás lo mismo que desearías para ti, en idénticas condiciones “-.

La armonía, cultivada en lo interno, establece correspondencia con la cósmica, con el Gran Ser Supremo, a cuya guía y poder confía la propia existencia. Poniendo orden y reinando internamente, gobiernas y ordenas en lo externo.

Establece sintonía con las fuerzas cósmicas superiores a través de la siguiente afirmación:

-Gracias, Creador Universal, porque ya todo está resuelto. Hay armonía y orden; prosperidad, abundancia y equilibrio; luz y amor; poder y humildad; fraternidad y comprensión; fortaleza y salud; sabiduría y tolerancia; riqueza y generosidad; metas y realización. Que la Divina Esencia cósmica colme mi ser y guíe mi mente para que, con acierto, actúe en todos los actos de la vida. Que las bendiciones cósmicas llenen a toda la humanidad de sentimientos de amor, fraternidad y bienestar, para que la paz profunda sea la expresión del poder para vivir que en cada persona reside. Así sea. Así será. Hecho está.

Adelante.

 


¿CONSTRUIR, O DESTRUIR, EL MUNDO?


 


¿CONSTRUIR, O DESTRUIR, EL MUNDO?

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

 

Es la pregunta que deberían plantearse quienes, ahora, líderes en potencia, deciden asumir el compromiso de dirigir sus propios países.

Hace algunos años, en España, vi un documental que presentaba, la mayoría de los discursos de Benito Mussolini, desde uno de los primeros que pronunciara hasta el último, en que asumía participar en la segunda guerra mundial. En el último discurso, era un ser totalmente transformado, como si el Espíritu destructivo transfiguraba, además de su juicio, sus rasgos. Individuos como él, que a un cierto momento se creen dueños de vidas y destinos, que un examen psiquiátrico lo apartaría de la conducción de un país, han sido artífices del proceso destructivo de un gran número de países, que luego, las nuevas generaciones, deben volver a construir, hasta que otro loco de turno asuma el poder, y vuelva a tomar las riendas del proceso destructivo.

La gente cuerda de cada país se siente impotente frente a tamañas locuras. Sin embargo, esos líderes nefastos de turno, se creen genios, dueños de destinos, tomando decisiones absurdas que, un simple niño de doce años sería más sensato, evitándolas.  Un campesino, sin cultura académica, pero, con la sabiduría que aporta la convivencia con la naturaleza, dirigiría mejor que muchos líderes, sus respectivos países. Porque, lo harían con amor, y lo que ignorasen, al igual que lo hacía Henry Ford, que apretaba un botón, y al instante aparecía el asesor idóneo que le facilitaba el conocimiento precisado.

Muchos líderes nefastos actuales, en el planeta, se rodean de asesores más ineptos que ellos mismos, ya que se avergonzarían de que sus asesores brillaran más que ellos. Pero, los líderes del futuro, se rodearán de los mejores asesores del planeta, para optimizar su liderazgo.

Pero, los tiempos pasan, y sin pena ni gloria, los líderes ineficaces, también; pero, los líderes efectivos, seguirán brillando a través de los siglos, siendo emulados por las nuevas generaciones, que mirarán hacia ellos como potentes faros en puertos seguros.

No vayan a creer los líderes del planeta, los actuales, que no tendrán que responder por sus extravíos. Será su propia conciencia, en primeras instancias, la que le reclamará, y no le dejará en paz hasta que hayan aprendido la lección del respeto que deben a la humanidad.

Es la acción coactiva de la Divinidad la que actúa en su conciencia, primeramente como advertencia de la vergüenza que será experimentada, si se extravían. Luego, como acción educativa, haciéndole pasar por lo mismo que les hizo a otros, en múltiples ciclos de vida. Deberán deshacer los entuertos, como decía Don Quijote.

Los líderes actuales, en el mundo, deberían aprovechar sus respectivos roles, para construir, o ayudar a hacerlo, un país mejor, un mundo mejor, solo así, su conciencia le dejará dormir muchas noches de paz. Solo así, la paz volverá a su conciencia. La balanza de la justicia divina sopesa cada uno de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos, y la ley ordenadora del universo, la ley de afinidad, le ubicará en el orden que le corresponde en el concierto de todas las cosas. La ley de afinidad, apartará a los líderes ineficaces de las sociedades progresistas, porque lo semejante atrae a lo semejante, y los opuestos jamás se juntan.

Una lección para asimilar, también, por las poblaciones del mundo. ¿Por qué salen líderes nefastos, destructores, en vez de constructores?

Los pueblos tienen los líderes que se merecen, y/o aprueban, escribí hace, ya, muchos años, en un folleto intitulado: El arte de resolver situaciones.

Hagámonos merecedores de nuevos líderes, constructores del mundo, justos y perfectos, siendo cada uno de nosotros justo y perfecto, y los líderes adecuados aparecerán en el tiempo perfecto de Dios.

Dejemos que el amor y la justicia guíen nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y actos.

Construyamos un mejor mundo, educando al hombre, Decía Don Quijote: Eduquemos -arreglemos- al hombre, para arreglar al mundo.

¡Dios ilumine a los líderes del mundo!


EL PODER DE LA INICIATIVA

 

 

EL PODER DE LA INICIATIVA

 

©GIUSEPPE ISGRÓ C.

 

 

Existen dos grandes momentos, en la vida de cada persona, que día a día se afrontan; el primero, cuando se deben resolver situaciones; el segundo, cuando se deben realizar objetivos.

Ambos casos implican una serie de circunstancias, unas que se enfrentan, y otras que deben ser afrontadas, con coraje y sin evasión, con serenidad, buen humor y paciencia. Viendo, además, la oportunidad implícita dentro de ambas situaciones.

En cualesquiera de los casos que puedan presentarse, en todas sus vertientes, existen dos fuerzas que actúan: una, que impele a la acción; la otra, de bloqueo, que inhibe toda acción.

Esto amerita, ante de todo, mantener la calma, la serenidad y la tranquilidad, para que la lucidez mental pueda expresarse y ver con claridad la realidad de las cosas, tal como son, y sopesarlas, asumiendo la propia responsabilidad frente a las mismas. Esta actitud, activa por si misma la propia fuerza creadora para resolver lo que sea preciso y alcanzar cualquier meta que cada quien se anteponga como objetivo.

La fuerza de empuje, cuando se expresa, impele a la acción. Esto significa, la mayoría de las veces, la percepción intuitiva de una idea, en ambas vertientes, que soluciona una situación, o define un resultado por lograr, como objetivo o meta. Al mismo tiempo, la intuición se expresa como motivación al logro. También, implica una inspiración, por medio de una idea transmitida desde la dimensión espiritual al pensamiento, que se expresa como entusiasmo, catalizador de las grandes realizaciones.

El entusiasmo es la expresión de Dios dentro de la conciencia del ser, por el lenguaje de los sentimientos de los valores universales: del amor, del deber, de la justicia, del bien y de la belleza, entre otros.

En cualquiera de estas variantes, denota, en el ser que las aplica, una excelente capacidad de iniciativa, que le permite, además de percibir la idea realizadora, aplicarla, hasta alcanzar los resultados apetecibles, muchas veces abriendo nuevas rutas antes inexistentes, bien sea creando o innovando nuevos bienes o servicios.

La iniciativa es una fuerza creadora de alcances ilimitados. Como decía Lao Tse: -“Un camino de mil leguas empieza dando el primer paso”. Puestos en movimiento, después de vencer la fuerza de inercia inicial, la misma fuerza de inercia del movimiento nos mantendrá en acción hasta alcanzar la meta, por distante que esta se encuentre.

La iniciativa expresa el poder inventivo del ser humano en cualquiera de sus vertientes y variantes y determina que las cosas sean cada día mejor, en un mundo en constante transformación.

La iniciativa comienza como una idea; la creencia en ella la intensifica; la confianza la dinamiza; la inspiración la ilumina; la motivación abre caminos y el entusiasmo permite la persistencia hasta alcanzarla. Todo es posible para quien crea que puede y se pone en camino con tal finalidad, persistiendo, contra viento y marea hasta que lo que antes parecía imposible, sea ahora una realidad.

Puedes si crees que puedes y lo demuestras mediante la iniciativa dando el primer paso para hacer realidad tus sueños-

Adelante.

 


ENCENDER LA LUZ INTERIOR

 


ENCENDER LA LUZ INTERIOR

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 -Decía Hidalgo a Escudero:


Hay líderes que la historia recordará, y las nuevas generaciones emularán como paradigmas vigentes, y como decía José Domingo Choquehuanca a Simón Bolívar, El Libertador: -“Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina",

sábado, 8 de mayo de 2021

Reflexiones sobre los líderes

 

 Reflexiones sobre los líderes

 

Giuseppe Isgró C.

 

 

Los líderes, los ejecutivos y cualquier profesional, estudiante, trabajador y persona en general, son evaluados por los resultados y por su credibilidad. La Escuela legalista china, hace un poco más de 2.000 años, sostenía que un gobernante no precisaba ser un hombre muy preparado, pero sí rodearse de hombres preparados y tener un buen sistema de premios y castigos. Al requerir colaboradores, los primeros en presentarse serán los menos competentes, y ciertamente, dejaran de hacer las cosas bien. En ese caso, se les castiga severamente, por haber asumido compromisos para los cuales sabían que no estaban preparados. Al observar el resto de la gente incompetente como los imprudentes son castigados, dejarán de presentarse para asumir un cargo en el gobierno. Darán paso a la gente que sí está preparada. Al premiar a los cooperadores que sí lo hacen bien, los profesionales de alto nivel, viendo que el gobernante de turno tiene la capacidad de reconocer, y premiar, cuando las cosas se hacen bien, darán un paso adelante para brindar su apoyo y cooperación. Premios y castigos alejan a los malos funcionarios y atraen a los buenos y esto se aplica en todos los niveles de mandos altos, medios y bajos. Al poco tiempo, se tendrá un gobierno en perfecto funcionamiento.

Decía Confucio, en su tratado El ta-hio -o El gran estudio-, lo siguiente: -“Ante todo hay que conocer el objeto al que debemos atender, o sea nuestro destino definitivo, y tomar acto seguido una determinación –propósito-; una vez tomada esa determinación, -propósito-, se puede tener ya el Espíritu sereno y tranquilo; cuando el Espíritu está sereno y tranquilo, se puede ya gozar de aquel reposo inalterable que nada puede turbar; cuando se goza de aquel reposo inalterable que nada puede turbar, podemos ya meditar y formarnos un juicio acerca de la esencia de las cosas; y cuando nos hemos formado un juicio acerca de la esencia de las cosas, podemos ya alcanzar el estado de perfeccionamiento que habíamos deseado”-. Luego, agrega: -“Los seres de la naturaleza tienen una causa y unos efectos; las acciones humanas tienen un principio y unas consecuencias. Conocer las causas y los efectos, los principios y las consecuencias, es como acercarse mucho al método racional con el cual se alcanza la perfección”-.

Es preciso que nuestras intenciones, al forjar cualesquiera propósitos, se correspondan con los elevados valores universales de la justicia, del amor, de la belleza, de la fraternidad, de la solidaridad y del servicio recíproco, en armonía con la práctica de todas las virtudes y con los planes trazados por el Supremo Artífice en el concierto universal.

Debería fundarse, a nivel mundial, universidades para formar gobernantes a todos los niveles, y que, al elegir a un Presidente o Ministro, o cualquier otro funcionario, por su preparación, sea quien fuere esta persona, lo hará bien, o medianamente bien. El proceso gerencial, las toma de decisiones, el método científico de resoluciones de situaciones, una excelente visión y percepción de la realidad, y una conciencia intuitiva correctamente desarrollada, permiten, todos los casos, elegir el curso de acción que mejor aporte los resultados esperados, o los efectos negativos de menor impacto, en casos de resultados menos favorables.

No se concibe que, a nivel mundial, y sin alusiones personales a ningún líder en particular, -los ejemplos son conocidos por todos, en todos los países, ya que se trata de una situación similar global-, que una persona que sería incapaz de gerenciar o administrar una bodega, asuma la presidencia de un país para lo cual, cualquier líder precisa 30 años de preparación previa, es decir, el trabajo de toda una vida de estudio y preparación, para alcanzar niveles elevados de competencia como Estadista con visión geopolítica y capacidad para administrar con visión de por lo menos de 60 años por delante de desarrollo. Un líder debe dominar a la perfección los ciclos históricos, los ciclos económicos, -menoses, tres o cuatro años, mayores, de 8 a 12 años, y los de largas oscilaciones, 60 años por delante-, además de una licenciatura en Derecho, debe tener una licenciatura en Geografía Económica, una especialización en Derecho internacional, otra, en Economía, una especialización en Psicología, otra en marketing social, otra en publicidad, otra en gerencia, otra en valores, entre tantas otras, tener una visión general de la historia universal, de la historia patria, conocer los clásicos, los ensayos de los principales pensadores de todos los tiempos y países, y un largo etcétera.

Antonio Canova del Castillo, insigne político español que copó la escena política de la segunda mitad del siglo XIX, en España, tenía una biblioteca de 30.000 volúmenes. El resto de los líderes políticos españoles de la época, incluyendo a Emilio Castelar, -el Demóstenes español - tenían bibliotecas de análoga importancia. En Londres, el venezolano Francisco de Miranda, seguramente uno de los diez hombres más sobresalientes a caballo de los siglos XVIII y XIX, tenía una inmensa biblioteca selecta, en la que por algún tiempo estudió Andrés Bello, que tanto peso, luego, tendría en los destinos de Chile. Simón Bolívar, al rastrear sus lecturas, leyó los clásicos y obras fundamentales, antiguas y modernas, de todos los países, y su visión geopolítica incidió, en el siglo XIX a impulsar la naciente ciencia de la Geopolítica, ya que, se sabe, que los principales exponentes del pensamiento geopolítico, entre ellos, Ratzel, eran lectores de los escritos de Simón Bolívar, por su visión geopolítica.

Un gobernante tiene una inmensa responsabilidad sobre sus hombros y conciencia. Al igual que los sembradores de árboles para obtener la pulpa para el papel cien años después, deben orientar sus acciones de líderes con mira al desarrollo de, por lo menos 60 años por delante, es decir, dos generaciones.

Debe señalar al país en que sentido se oriente el desarrollo de la Nación, para que las nuevas generaciones de profesionales sepan, con tiempo, las carreras entre las cuales deben elegir, a los fines de contribuir con su efectivo aporte.

Esto genera una poderosa motivación hacia el estudio, ya que presenta, para todos, oportunidades de desarrollo para optimizar su aporte, y la calidad de vida que disfrutará en el futuro.

Los líderes del futuro, tendrán una visión clara, del pasado, de por lo menos 25.000 años de historia; y una visión del futuro, al igual que los grandes utopistas del siglo XX, de igual período de tiempo, hacia adelante, lapso necesario para gestar una nueva y auténtica edad de oro, base sobre la cual se desarrollará la humanidad en el planeta tierra, a los niveles idóneos que se correspondan con los planes cósmicos. Esos niveles elevados ahora son inimaginables, ya que nada igual, hasta ahora, se ha visto. Esta visión de auténtico liderazgo evitaría que mucha gente piense que el grueso de la humanidad evolucionará a nuevos estados de conciencia, casi de la noche a la mañana, sin haber dedicado el tiempo suficiente. La naturaleza no da saltos; pero, los líderes preclaros, contribuirán a crear las condiciones idóneas para que esa edad de oro se pueda gestar en torno al año 30.000 de nuestra era. Ese tipo de líder es hoy, virtualmente, inexistente. Sin embargo, han existido a lo largo de la historia en muy pequeña escala. El salmista (salmo 105) que hablaba de las mil generaciones por delante, tenía las ideas claras de esta visión histórico-espiritual en el desarrollo de la humanidad.

Un buen gobernante debe tener desarrollado el sentido común, y sobre todo, el sentido de la verguenza y el decoro y hacer de los valores, su guía para la práctica virtuosa del ejercicio del poder.

Los jóvenes que aspiran incursionar en . la política para alcanzar funciones de poder a corto plazo, sin la debida preparación, no tienen ninguna posibilidad de trascender. Deben establecer una curva de resultados enfocada a 30 años por delante, y prepararse, creando un equipo de personas y contribuir a su formación, con mira al futuro.

Los líderes de turno, debe contribuir a crear las generaciones de relevo; no hacerlo, significa tener grandes lagunas de liderazgo que atentan contra la continuidad de un desarrollo efectivo. Pero, los grupos de poder, queriendo concentrar su ejercicio en sus propias manos, inhiben el desarrollo de sus líderes seguidores, y a la larga, se quedan sin seguidores de envergadura, lo que significa su salida del poder necesariamente, por incompetencia generacional.

Recordemos, en Venezuela, un caso de superación de crisis profunda: en el segundo gobierno de Carlos Andrés, las reservas internacionales dejadas por el gobierno anterior, de Jaime Lusinchi, eran de 300 millones de Bolívares. Miguel Rodríguez, aplicando un efectivo proceso de estabilización económica que no es el caso de explicar aquí, en apenas 30 meses, logró elevar las reservas internacionales a 13.000 millones de dólares. Es ahí la importancia de los gobernantes de turno, rodearse de los mejores colaboradores posible, en cada época, cosa que sí hizo, al inicio del siglo XX, en Venezuela, Juan Vicente Gómez, con cuya acción política unificó al país, pagó la deuda externa, había seguridad, y pese a que no nos agradan, a la inmensa mayoría, gobiernos de corte autoritario como el de Gómez, y pese a no ser un hombre muy instruido, sí era muy inteligente, -no vivo- al rodearse de un ministro de educación como, en primer lugar, González Guinán, y después, José Gil Fortoul, Eleazar López Contreras, como Ministro de Marina y Guerra, gente preparada y de elevados valores morales, el país dio inicio a una nueva etapa de progreso, superando la debacle del anterior presidente, Cipriano Castro, que dejó a Venezuela en una situación verdaderamente inadecuada.

Venezuela ha dado grandes líderes, y maestros de la Patria, que son verdaderos paradigmas vigentes: Miranda, Bolívar, Andrés Bello, José Antonio Páez, Sucre, Urdaneta, José María Vargas, Miguel Peña, Fermín Toro, Cecilio Acosta, Rafael María Baralt, entre tantos otros.

Pero, un líder precisa conocer el aporte de los maestros de la humanidad de todos los países y tiempo, para alcanzar una visión trascendental.

 

Una reflexión a vuela pluma que revisaré, para desarrollar su contenido. 13-02-2016.

 

martes, 4 de mayo de 2021

VOLUNTAD DE TRABAJO

 


VOLUNTAD DE TRABAJO

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

 

Gracias al Ser Universal que lo dispuso así, existe el trabajo, único medio a través del cual es factible realizar la gran obra universal.

El trabajo permite auto-expresarse, asumiendo una parte de la tarea colectiva, por medio de propósitos y objetivos claramente programados en el espacio y en el tiempo.

La realización de los objetivos personales, en todas sus vertientes y variantes, facilita la autorrealización. Se alcanza, al mismo tiempo,

nuevos y más elevados estados de conciencia en los ilimitados ciclos de vida tanto en el planeta tierra, como en los incontables que tocará hacerlo.

El ahora, en el que actuamos, forma parte de la eternidad sin límites que siempre ofrecerá un más allá en progreso y evolución.

Cada ser humano viene con una misión en la vida. Está dotado de aptitudes y necesidades, que le indican el camino a seguir, en el cual optimizar el uso de las primeras y satisfacer las segundas.

Debe elegir, en primer lugar, sobre la base de su realidad objetiva de las mencionadas aptitudes y necesidades, el área hacia la cual, por vocación, siente inclinación.

Es preciso forjarse una misión seleccionando una profesión y luego poner manos a la obra.

Primeramente, hay que prepararse. Posteriormente, ejecutando el trabajo de su vida, en cada etapa diaria.

Todo trabajo es realizado con dos finalidades: La primera, para resolver situaciones, utilizando el método científico, con el cual se restablece el equilibrio necesario preexistente, o, para realizar objetivos que impliquen avances más allá de la posición actual.

En ambos casos, la persona adquirirá, cada vez mejor, la habilidad para lograr resultados con menor esfuerzo y ahorro de energía.

Se puede tomar decisiones acertadas y establecer objetivos realistas y alcanzables, que impliquen un reto. Igualmente, planear estratégica y tácticamente la mejor manera de alcanzarlos y establecer el lapso en que es factible hacerlo, según la curva de resultados analizada. Empero, lo que permite la realización de la obra, es la voluntad de trabajo. Se requiere, en cada caso, aplicar la acción suficiente.

Todo lo que hoy disfruta la humanidad es fruto del trabajo aportado por las generaciones del pasado. Lo que disfrutará mañana resultará de nuestro trabajo de hoy. Quien da su aporte a los logros colectivos, aún buscando su propio lucro en un trabajo individual efectivo y honesto, adquiere el derecho de disfrutar de una participación de los beneficios colectivos. Cada quien será compensado con el salario cósmico de acuerdo al respectivo grado de cooperación en la gran obra.

Cada día debe elegirse el trabajo al cual, por su orden de prioridad se le centrará la propia atención. A tales efectos, es conveniente anotar en una hoja de papel, o libreta, todas las cosas que se deben hacer, y jerarquizarlas por su orden de importancia. Se comenzará con la prioridad número uno, y así sucesivamente.

El antiguo aforismo de divide y vencerás se aplica aquí muy bien, al realizar una etapa a la vez.

Cada trabajo debe ir acompañado de una curva de resultados, es decir, en cuanto tiempo es factible hacer el trabajo en el mejor de los casos, y, también, en el menos favorable de los mismos. Esto permite tomar el control de la situación y canalizar positivamente el eventual estrés.

Es preciso plantearse: -Cuáles son los resultados probables de ser alcanzados una vez efectuado el trabajo? Satisface?

Este análisis permitirá descartar algunos proyectos improcedentes con ahorro de recursos o energía.

Si satisfacen los eventuales resultados factibles de ser alcanzados, se aplicará al trabajo la máxima determinación de realizarlo.

A trabajo comprometido, trabajo realizado óptimamente; esta debe ser la regla sine qua non.

Más allá de la remuneración que se perciba por el propio trabajo, se adquiere el derecho de disfrutar de los beneficios de la colectividad, del aprecio y preferencia del mercado. Aún sin paga económica, el profesional exitoso hace su trabajo a la perfección.

Cada uno debe conocer cuáles son las herramientas necesarias en su respectivo arte, su uso efectivo y cómo se realiza el trabajo óptimamente. Debe estar al día con todos los adelantos de su profesión. Es preciso prepararse diariamente, con el fin de mejorar los propios métodos de trabajo. Andrés Bello decía: -¨El Estudio es tarea de todos los días¨.

El trabajo desarrolla la fuerza moral, la autoridad y el derecho a que se le deleguen cada vez más actividades de mayor envergadura.

Todo trabajo bien hecho recibe oportunamente su compensación: El salario cósmico de alcance integral.

Cada quien posee más conocimientos de los que usa. Las nuevas circunstancias que se afrontan permiten extraer ese potencial interior en las necesarias innovaciones y creaciones de más y mejores bienes y servicios como fuentes de riqueza.

El trabajo produce auto-independencia económica integral.

Si quieres realizar un trabajo rápido y efectivo, anda despacio pero firme y sostenidamente. La naturaleza no da saltos. Da un paso a la vez.

Debe optimizar la propia actividad y albergar la convicción de las bondades de lo que hace.

Dominar tu trabajo permite ofrecer la colaboración efectiva que siempre será requerida en un mercado cada vez más competitivo.

Es preciso desarrollar la costumbre de concluir satisfactoriamente todo trabajo una vez empezado.

El trabajo de una vida empieza dando el primer paso: forjándose propósitos y objetivos claramente definidos y enunciados por escrito, a corto, mediano y largo plazo.

Cree que el trabajo es fácil. Pero, actúa con todo empeño y capacidad como si fuera de mayor envergadura sin subestimar su importancia. Este enfoque siempre permite tomar el control de la situación.

Hay que aprender a descansar después de una activa jornada de trabajo.

La mejor manera de descansar de una actividad mental o física, es haciendo otras que utilice áreas diferentes de la mente o del cuerpo.

Trabajar cuando debe trabajarse y descansar cuando corresponde, es una manera efectiva de obtener el equilibrio pleno como práctica existencial habitual.

La perseverancia es determinante para concluir todo trabajo con éxito. Cuando se persiste sin abandonar al ponerse menos fáciles las cosas, es el momento en que se activan los poderes creadores de la mente y comienzan a surgir las coincidencias que aportan los resultados apetecidos.

La voluntad con la cooperación de la imaginación creadora y la sintética, puede vencer todos los obstáculos y alcanzar todas las metas, si se persiste en la acción sin abandonar jamás a mitad de camino. Todo se alcanza a su debido tiempo, en el perfecto tiempo de Dios.

Adelante.


CONOCIMIENTO E IGNORANCIA

 


CONOCIMIENTO E IGNORANCIA

©Giuseppe Isgró C.


Cada vez que un hombre se propone aprender tiene que esforzarse como el que más, y los límites de su aprendizaje están determinados por su propia naturaleza. Por tanto, no tiene sentido hablar del conocimiento. El miedo al conocimiento es natural; todos lo experimentamos, y no podemos hacer nada al respecto. Pero por temible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hombre sin conocimiento.

Carlos Castaneda

 

Escudero, -dijo Hidalgo:

 

Dentro de cada ser, en los cuatro reinos naturales, se encuentra un conocimiento innato potencialmente infinito, de naturalezas diferentes.

La primera: el potencial innato exento de experiencia, que se posee sin saber que se posee; empero, cada vez que se afrontan necesidades o retos para alcanzar logros, emerge desde el interior, el conocimiento del qué, del cómo, del cuándo, del quién, del dónde, del cuánto y del por qué. Con cada logro alcanzado, con cada situación resuelta, se desarrolla determinado grado de experiencia que optimizan la aptitud perceptiva, comprensiva y realizadora.

Esa experiencia, a nivel del Espíritu, se presenta como aptitud, o capacidad de percibir, comprender y realizar. Es la visión que con solo ver, se comprende; es el conocimiento vivo, de la verdad, en determinado grado.

Por otra parte, el estudio aporta un conocimiento fruto de la experiencia ajena que, también amplia la visión del qué, del cómo, del cuándo, del quién, del dónde, del cuánto y del por qué.

Mientras más se estudia, más se percibe de lo mucho que se ignora, pero no, todo lo que se ignora, ya que el grado de ignorancia alcanza las esferas del infinito inagotable, es decir: la infinita ignorancia que gradualmente se irá transformando en conocimiento y actitud perceptiva, comprensiva y realizadora, en la eterna polarización.

Adquirir conciencia de la propia ignorancia, va abriendo la senda de la sabiduría, en forma gradual, sin saltos quánticos, ya la naturaleza no da saltos, sino todo se rige por ascensos graduales en los estados de conciencia, en las infinitas estaciones que les son inherentes.

La diferencia entre el que estudia y el que no lo hace, o lo realiza en forma limitada, es que, el que estudia se da cuenta que no sabe nada de lo que ignora, aunque no de todo lo que ignora, que, excepto la Divinidad, nadie podría saberlo. Mientras que, el segundo, que no estudia, crea saberlo todo, y hasta se cree con derecho de dar consejos a aquel que sabe más que él.

Ciertamente, Siempre hay alguien con experiencia mayor en un campo que en otro. En su propia competencia, por su experiencia, cada quien puede asesorar a cualquier persona que no haya desarrollados dichas áreas de conocimiento.

Evidentemente, el primero, el que estudia, se enfoca en el infinito, y percibe que jamás lo alcanzará a absorberlo en su totalidad, por cuanto mientras asciende va descubriendo nuevos niveles de ignorancia, ad infinitum.

Empero, descubre, por grado su ignorancia y hacia donde debe dar el siguiente paso para transformarla en conocimiento y experiencia, acorde a la verdad relativa, de la que sea capaz, en su respectivo nivel de desarrollo.

El segundo va dando palos de ciegos, y lo que podría alcanzar con un solo paso, seguramente, con mil pasos dados, aún debe descubrirlo.

El qué, el cómo, el cuándo, el quién, el dónde, el cuánto y el por qué, darán la medida exacta del autoconocimiento para guiarse en el camino del descubrimiento de la propia ignorancia y la inherente verdad gradual, paso a paso, sin dar grande saltos.

Empero, con la experiencia alcanzada como suma existencial, por el estudio y la práctica, al copar cada esfera de conocimiento, se expande la conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora, a una nueva estación, o grado, depurando el velo de la propia ignorancia, viendo más claramente, en todo y en el todo.

En ese ascenso gradual por las esferas experiencial, va siendo habilitado, cada vez más y mejor, para asumir más elevados y exigentes retos de servicio y realizaciones integrales, dentro del campo de su propia competencia.

Entonces, cada quien se da cuenta, que percibir mayor grado de conciencia de la ignorancia que le es inherente, es el camino más corto para transmutarla e conocimiento, prudencia y sabiduría. Al mismo tiempo, y en el respetivo grado, se expresará el poder creativo y realizador equivalente y suficiente para resolver lo que le compete, sin límites de ninguna naturaleza.

Mientras más elevadas las necesidades que se afrontan, y el reto que se asume, en igual grado extrae de su ser interno el conocimiento y poder creativo realizador para alcanzar cualquier meta que se anteponga, en forma ilimitada.

A través de la conciencia de la propia ignorancia, de las propias necesidades y de los retos asumidos según las inquietudes de los tiempos, percibe, comprende y realiza los objetivos que les son inherentes devengando la experiencia como salario cósmico.

Adelante.