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lunes, 17 de junio de 2019

LA AMISTAD, ESCUDERO, LA AMISTAD



LA AMISTAD, ESCUDERO, LA AMISTAD:

©Giuseppe Isgró C.


La amistad, Escudero, es la clave, -dijo Hidalgo:
Es, probablemente, la mayor posesión del ser humano, y, por qué no?, de cada ser en los cuatro reinos de la naturaleza.
Hay muchas maneras de medirla, según cada quien.
No se mide por la frecuencia con que los amigos se encuentran. Diría, al contrario, que la verdadera amistad no precisa tanta frecuencia de encuentros, que podría transformarse en abuso de confianza.
La verdadera amistad, es como sentir al amigo, o amiga, como parte del propio ser, buscando aportarle lo mejor, respetando su autonomía y todo lo que le es inherente.
Si hay amistad, decía Aristóteles, no hace falta justicia, ya que la amistad, contiene todos los valores de los atributos divinos: justicia, amor, respeto, tolerancia, fortaleza, belleza, prudencia.
Se puede estar separado por un océano, o un mundo, tardar en encontrarse una eternidad, pero, la amistad está allí, siempre presente, latente y activa a la vez. Cuando un recuerdo del uno con el otro se cruza por la mente, siempre es con afecto, admiración, respeto, simpatía, y el recuerdo que aflora en la mente, dinamiza los propios sentimientos, renovando lazos de amistad ad infinitum.
La amistad se alimenta por sí misma, valor por valor: implica afinidad de Espíritus, de ideas, simpatía recíproca aunque haya disparidad de ideas, ya que, por encima de todo, predomina el respeto. La amistad respeta la esencia del otro, sin previo juicio o prejuicios, por cualquier razón indigna de la esencia divina que se anida en el ser de cada quien. Si hay prejuicios de grupos étnicos o de otra índole, o irrespeto de la palabra dada, o forzando la palabra que no se desea dar, son evidencia de que la amistad, aún, no se ha consolidado. La amistad no es negocio, pero se prefiere hacer negocios con los amigos, por el trato justo que se recibirá, y el trato justo con que se corresponderá. Se recomienda al amigo, porque se sabe que siempre rendirá honor a la amistad, pero, la amistad, repudia abusar de quien la profesa con reciprocidad.
Si algo es equiparable al amor, es la amistad, ya que ambos sentimientos están imbuidos de los mismos valores que les son inherentes, y si faltare alguno de ellos, no existiría ni el amor ni la amistad.
A nivel espiritual, trascendiendo la materia, no existe distinción entre el amor y la amistad.
A nivel de la dimensión física, se confunde la atracción física con el amor, o la interacción entre los seres; empero, puede haber ésta última sin existir el amor ni la amistad.
En la dimensión espiritual, exenta de cuerpo físico, el amor y la amistad coexisten: existiendo uno, se manifiesta el otro sentimiento, y viceversa.
Por eso, por la amistad, aunque vivan dispersos los seres amigos por el mundo, o en diversos mundos del universos, conforman una sola familia. Podemos decir que la verdadera familia existe entre los amigos, y que entre los miembros de la familia, si no hay amistad, son como seres extraños, y por supuesto hay muchos ejemplos que no viene al caso citar.
Pero, la familia es el núcleo social que utiliza la ley divina para agrupar amigos y enemigos, a la vez, los unos para ayudarse, los otros para compensarse recíprocamente, haciendo que vayan desapareciendo, gradualmente, las asperezas, y vaya naciendo el afecto, el amor y la amistad. La familia es una escuela de vida, donde sus integrantes aprenden a ser amigos, por la convivencia natural manifestada por el orden cósmico, regido por las leyes de: amor, afinidad, prudencia, justicia, igualdad, compensación, equilibrio, perdón, fortaleza, templanza, solidaridad y amistad.
El amigo de muchas vidas, al encontrarlo en la presente, nos parece como si le conociéramos de toda la vida. Realmente, le reconocemos, pero no nos damos cuenta que estamos recordando al amigo de eras pasadas. La amistad trasciende las barreras existenciales y se manifiesta a primera vista, por la afinidad, por la semejanza de gustos, ideas, inquietudes. El afecto nacido en lejanas eras, persiste en el espacio y tiempo, en las diversas dimensiones, en el ahora, eterno presente, y se manifiesta a simple vista, aunque el ropaje actual sea diferente. El Espíritu percibe al amigo más allá de las apariencias temporales.
La amistad se manifiesta entre los seres de todos los niveles de progreso, aún en los niveles rudimentarios, en aquellos que errantes, en lo externo de la recta senda, o extraviados andan, se apoyan recíprocamente. Los lazos de amistad se expresan en todos los niveles, estados de conciencia o estaciones de la vida, -grados de progreso- y no es más que le lay de afinidad, coadyuvante de la de amor, que ordena todo lo existente por los grados afines de las respectivas sumas existenciales.
El amigo enseña con el ejemplo, sin proponérselo. Expresa sugerencias como si se tratara de un padre a un hijo, de un hermano a otro. Busca el bien del otro, y ayudándole se ayuda a sí mismo.
Un día, aunque ahora parezca lejano, todos los seres de los cuatro reinos naturales, seremos amigos. Cuánto tiempo habrá que transcurrir para que un lobo y un ovejo sean amigos? Cuando eso ocurra será señal cierta de que habremos alcanzado la auténtica edad de oro. Por qué, pregunto, entre los seres humanos no existe, ahora, canibalismo? O, canibalismo es solamente el consumo de la carne del otro?
Eso índica lo que no es la amistad, ya que, escudándose detrás del disfraz de la amistad, o del amor, o de la fraternidad, o cualquier otra formalidad, se suelen cometer actos de canibalismo, metafóricamente hablando, que no desmerecen el uno del otro en sus respectivas manifestaciones.
La amistad es la potencia humana, y de los cuatro reinos naturales, que acelerará la llegada a la edad de oro, más rápidamente, o en el tiempo justo y perfecto: el tiempo perfecto de Dios. Un largo trecho por delante y millones de existencias en ir, volver y vuelta a ir y volver.  Pero, esto genera esperanza, y expectativas positivas, optimismo de que siempre ocurrirá lo mejor, aun en las más adversas circunstancias, y entusiasmo que transforma en incansable a cada ser frente al enigma, generando paciencia, tenacidad, perseverancia, voluntad de triunfo, en cada fase, enfocando la atención en el siguiente paso, y un paso a la vez, se recorre el camino, sin limitaciones algunas.
Vayamos a donde sea que se nos ocurra, siempre encontraremos seres con quienes nos unen lazos de amistad de eras pasadas, que se manifiestan, a simple vista, naciendo expresiones de simpatías , superada la primera impresión; reconociéndose amigos, porque la amistad les es innata, por lazos de vidas pasadas. Se reconocerán como tales, y en cada extraño lugar, por la amistad, cada quien se sentirá en casa, en familia, entre afines, compañeros cooperantes unos de los otros y viceversa, en la índole esencial para cada quien.
La amistad espontánea será la evidencia clara de lazos afectivos de incontable número de vidas donde esos valores universales han ido tejiendo, y seguirá haciéndolo, la eterna amistad entre los seres de los cuatro reinos naturales.
Recordemos que la amistad se cultiva entre los seres de los diversos reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, cuya conciencia, afortunadamente, cada día se va expandiendo, al respecto, percibiendo, comprendiendo y realizando cosas que nos indican, o no, que nos encontramos en el recto camino a que aludía Sidharta Gautama, en el óctuple noble sendero.
Adelante.

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