MEDITACIÓN EN
DIOS
Y SUS ATRIBUTOS
©Giuseppe
Isgró C.
Afirma, en la noche, antes de dormir, o en la mañana,
al levantarte, durante 22 días; luego, cada vez que tú quieras.
Realizo, ahora, este ejercicio de meditación:
Me relajo física, mental y espiritualmente, contando
de tres a uno: 3, 2, 1.
Ahora estoy ya relajado a nivel físico, mental y
espiritualmente.
Visualizo un triángulo luminoso y repito, tres veces -o un número múltiplo de tres-, el nombre de la Divinidad: Eloí, Allah, Dios u otro de mi preferencia. Cada vez que lo pronuncio, lo asigno en una de las puntas de un triángulo equilátero que imagino frente a mi, empezando por el vértice superior, luego el derecho y después el izquierdo -. (Repite el proceso cuantas veces quieras).
Visualizo un triángulo luminoso y repito, tres veces -o un número múltiplo de tres-, el nombre de la Divinidad: Eloí, Allah, Dios u otro de mi preferencia. Cada vez que lo pronuncio, lo asigno en una de las puntas de un triángulo equilátero que imagino frente a mi, empezando por el vértice superior, luego el derecho y después el izquierdo -. (Repite el proceso cuantas veces quieras).
Acto seguido, afirmo:
-Entro en conexión espiritual con la Divinidad, aquí y
ahora; (Repetir tres veces),
Formo una unidad cósmica perfecta con la Divinidad,
aquí, ahora y siempre.
La Divinidad es en mí perfecta luz que ilumina mi
espíritu, ordena mi vida y armoniza todos los aspectos de mi actual existencia.
El amor de la Divinidad fortalece mi espíritu; su
justicia compensa la abundancia de mi vida; su fortaleza potencia mi voluntad,
su templanza equilibra mi ser y su sabiduría me guía en todos los aspectos
esenciales, siempre.
Dejo que la Inteligencia Infinita actúe en mí y en
todas las circunstancias de mi actual ciclo existencial, a nivel físico, mental
y espiritual y acepto cumplir con su voluntad en todo, aquí y ahora. Hecho
está. Gracias Divinidad, por tu luz, guía y protección.
Con este ejercicio siento que la luz fluye desde mi interior y va iluminando mi vida, ordenándola y armonizándola en todos sus aspectos y niveles.
Con este ejercicio siento que la luz fluye desde mi interior y va iluminando mi vida, ordenándola y armonizándola en todos sus aspectos y niveles.
Al repetir el nombre de la Divinidad en la forma
indicada, lo hago hasta observar que se abre una puerta y me permite el acceso
al interior; allí, en la presencia de Eloí, me es entregado un vaso trasparente
lleno de un líquido luminoso, -es la sustancia cósmica, la esencia divina-, lo
ingiero.
Acto seguido me es entregado un tubo transparente
luminoso, cerrado por la parte superior, me lo coloco por la cabeza y me
envuelve como un escudo protector luminoso, de luz blanca transparente e
impenetrable salvo para la luz y otros elementos de igual elevación. Una vez colocado
el tubo transparente, hago las siguientes afirmaciones:
La divina perfección de la Divinidad se expresa en mí
aquí y ahora.
La divina perfección de la luz de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la salud de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección del amor de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la sabiduría de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la justicia de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la fortaleza de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la templanza de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la belleza de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección del perdón de de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la tolerancia de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la prosperidad de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la riqueza de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la abundancia de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección del equilibrio de la Divinidad se
expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección del autodominio de la Divinidad
se expresa en mí aquí y ahora.
La divina perfección de la serenidad de la Divinidad se expresa
en mí aquí y ahora.
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