UN NUEVO TIPO DE LÍDER
©Giuseppe Isgró C.
Hidalgo, -dice
Escudero-:
Últimamente ha
surgido un nuevo tipo de líder, en una triple vertiente: Payaso, sinvergüenza y
descarado.
Se comporta como un
payaso, pero no es un payaso.
Aplica el principio
de la confusión para que su mensaje penetre mejor en la mente psciconsciente de
quienes le escuchan sus discursos llenos de incongruencias, falsedades y
excentricidades que superan todo decoro, decencia y dignidad.
Es un líder que no
es tonto, ni bruto como quiere aparentar ni se cree estúpido como sí se lo cree
la mayoría que es afectada por sus acciones.
No tiene vergüenza,
porque si la tuviera, no haría lo que hace, porque la vergüenza, como maestra
de vida, impone los límites dentro de los cuales es preciso enmarcar los
pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos.
Ya lo dijo Séneca,
hace 2.000 años; si se mantiene, cada quién, dentro de los límites que impone
la vergüenza, es imposible incurrir en actos reprobables, como se les observa,
hoy en día, a incontable número de líderes, a nivel mundial.
Lo peor del caso es
que este tipo de líderes son capaces de hacerse de un cierto número de
seguidores que se ofuscan con espejismos inexistentes.
Y descarado, porque
este tipo de líder es de cara dura; habla con ausencia de la verdad,
descalifica sin tener moral alguna para hacerlo, y se apega al poder como sea,
a cuesta de todo, sin principios ni dignidad, llevándose por delante a quien
pueda, mientras pueda, hasta que la Divinidad le dé su estate quieto. Entonces
escarmienta en carnes propias lo mismo que hizo a los demás.
Es que la Divinidad
tiene la horma exacta y pertinente a cada quien, y por la ley de causa y
efecto, quien siembra vientos cosecha tempestades, y con la misma vara con que
se mide, se será medido, pesado y ejecutado, y los planazos -con la peinilla-,
que dieren recibirá, -por la Espada de la Justicia- por ley divina, que jamás
falla.
O, ¿usted cree que
sí? El descaro de este tipo de líderes es de tal naturaleza que son capaces de
mentir con gran naturalidad como si dijeran la verdad.
Lo cierto es que
hay gran número de crédulos que se creen dichas incongruencias, por su ausencia
de criterio, o discernimiento propio. Y no se vaya a pensar que son gentes
ignorantes a quienes se hace referencia.
No, muchos de esos
crédulos son profesionales, pero, su criterio poco educado le impide discernir
entre la verdad y la mentira, amén de que, muchos de esos seguidores los son
interesados, ya que participar en el poder de turno aporta ciertas migajas que
afectan la propia dignidad.
Dignidad a que
tanto rendían culto Platón y Xenócrates, -éste último, considerado el hombre
más veraz de la antigüedad clásica-; e igualmente, Bolívar el Libertador,
además de Páez, Andrés Bello y usted.
Este líder no es
solamente político, no: Se le puede reconocer en el ámbito espiritual, anclados
en maestros ya pasados de épocas, o en la ciencia, o en la educación sujeta a
lineamientos interesados, vaya a saberse con que finalidad.
La humanidad vive,
actualmente, un retroceso en su proceso de progreso; pero, empero, es un
retroceso aparente. Ningún líder payaso, sinvergüenza y descarado, será capaz
de trascender los límites impuestos por la justicia Divina.
Pareciera que hemos
retrocedido hacia la edad media, en una nueva edad oscurantista medieval. Sin
embargo, el futuro está esperando por nosotros, aquí y ahora.
Al igual que la
semilla introducida en la tierra, y bajo la aparente sombra del retroceso temporal,
se está gestando una nueva era de progreso que emergerá como la primavera
después del invierno, generando un nuevo renacimiento y esplendor de turno.
El líder payaso, sinvergüenza
y descarado cree que tiene a Dios agarrado por las barbas; pero la historia
está repleta de como las circunstancias del orden natural, por la ley de
afinidad, son bajados de las nubes, y vueltos a la realidad objetiva, donde,
todos los que antes les rendían pleitesía, ya no quieren saber nada de ellos, y
aquellos que antes les utilizaban, aprovechando, sin dignidad, sus dádivas,
ahora les dan la espalda y ni siquiera quieren ser vistos juntos a este tipo de
líderes “lacras de la humanidad”, venidos a menos.
Y, aun así, estás especímenes
humanos cumplen una misión divina: Dar escarmiento a grandes masas que se
merecen el aprendizaje que cosechan de este tipo de líderes poco ejemplar y
".......... de lesa humanidad, capaz de decretar guerras, si eso sirve a
sus propósitos, o, ¿es qué usted no ve las guerras que están sucediéndose una
detrás de otra, con naturalidad, como si fuera nada?
En algún lugar del
mundo debe haber un individuo que en su despacho tiene un gran mapamundi, y en
cada país hay una flecha, con un año marcado, en que, por los medios que
fueren, provocará guerras que no se corresponden con las inquietudes de los
tiempos.
Por eso, es preciso
que las grandes masas dejen de ser grandes masas para convertirse en seres
humanos capaces de tomar las riendas de sus propias vidas, en sus propias
manos. Paradójicamente, convertirse en gente pensante, con acertado
discernimiento entre lo que es verdad, y lo que deja de serlo, al mismo tiempo.
En realidad, no es
necesario incurrir en el error de ofender a este tipo de líder; serviría
solamente para su reivindicación. No, hay que dejar que cumplan su rol; en
cambio, se debe proyectar el nuevo modelo de liderazgo emergente que debe
implantarse, con el ejemplo, por medio de una vida virtuosa cultivando
pensamientos, sentimientos, palabras y acciones enmarcadas dentro de los
parámetros de los valores universales: Amor, justicia, prudencia, fortaleza,
templanza, belleza y otros inherentes.
Adelante.
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