HACER,
ÚNICAMENTE, LO JUSTO.
©Giuseppe Isgró
C.
Escudero, -dijo
Hidalgo-:
Para practicar el
desapego, es preciso, antes, no hacer nada que no sea justo para todas las
partes involucradas.
Un líder,
Escudero, -continuó Hidalgo-, debe ser inteligente, respetuoso y justo.
Inteligente,
porque todo camino tiene un comienzo y un final. Cuando llega el final, hay que
darle paso al líder que viene de atrás, que le toca el turno. De nada sirve
querer perpetuarse en el poder con vanas excusas de trasnochado, ya que, como
decía Don Quijote: -"Tiempo hay de comenzar y tiempo de terminar". El
líder inteligente cumple con esta regla de oro, no sólo que la cumple, sino que
prepara a sus líderes que puedan suplirle en el cargo, caso contrario, él se
estancaría. El líder inteligente pasa al siguiente rol, de mayor relevancia, y
así ´él continúa creciendo como ser humano y como líder.
El líder
inteligente, además, Escudero, cuando percibe que equivocó el camino, se retira
a tiempo, antes de que le saquen del escenario, que sería más oprobioso. Porque,
Escudero, detrás de todo líder siempre hay alguien más que lo pone, y lo quita,
y de eso hay muchos ejemplos por demás conocidos que no es preciso enumerarlos.
Por otra parte,
Escudero, el líder que no queriendo dejar el cargo, aún pidiéndolo, buscando
excusas, o ejerciendo la influencia de su
aparente poder, o fortaleza, es porque es un líder que no tiene vergüenza. Y
líderes sinvergüenzas, Escudero, a lo largo de mi vida, he visto muchos, en
todos los niveles; Nacionales, regionales, empresariales, gremiales,
condominiales, sindicales, y también del tipo de los que mencionaba el ilustre
Miguel de Cervantes y Saavedra, en su obra Rinconete y Cortadillo, que te
sugiero leer. No mencionamos el nombre de ningún líder sinvergüenza, Escudero,
para que la historia los olvide, y nada tenga malos ejemplos que emular. De
este tipo de líderes con ausencia de vergüenza, hablaremos en el parágrafo
siguiente.
El respeto:
Escudero, -dice Hidalgo-, el líder que se respeta, lo hace, a su vez, con todas
las personas con quienes se inter-relaciona, y cuanto más a quienes representa.
El líder respetuoso, representa, por igual, con el mismo espíritu de justicia,
a todos los integrantes del grupo integral. El líder parcial es de futuro
incierto, ya que, antes o después, pagará cara su osadía. Porque, Escudero,
otra cosa, también, es cierta, el mango de la sartén suele cambiar de manos
cuando menos uno lo espera, y el nuevo poseedor el dicho mango, dará su
sartenazo oportuno aplicando todo el rigor de la ley de amor, justicia y
compensación, en forma justa y perfecta. La ausencia de respeto, en el líder,
es ausencia de fortaleza. Hay que respetar con la verdad por delante, pero,
también, Escudero, hacerse respetar, por cuanto entre los seguidores, también
hay muchos que merecen reprimenda: se su conciencia y de la justicia humana y
divina.
La justicia
divina es toda ojos, ve con claridad y da según el merito inherente, pagando el
salario cósmico, o el anti-salario. Y de acuerdo al saldo existencial, ubica o
reubica, a cada quien, en el orden cósmico, que le es inherente.
Por eso, como
decía Ulpiano, -el jurisconsulto romano-: Hay que dar a cada quien lo que le
corresponde. Si se es justo, se experimenta una conciencia en paz, que aporta
la verdadera felicidad. El deber cumplido permite el sueño tranquilo y
reparador, cada noche, teniendo la conciencia satisfecha, y con nada que
recriminarle. No es poca cosa, Escudero.
Recordemos,
Escudero, lo que dijo Oswald Wirth: -“No debéis querer, sino lo que merece ser
querido si aspiráis al poder de mando”-.
Comprendo,
perfectamente, Hidalgo.
Ahora, Escudero,
pongamos algunos ejemplos de como Don Miguel de Cervantes y Saavedra,
clasificaba a los líderes:
–“A cuatro clases
de linajes se pueden reducir todos los que hay en el mundo, que son estas: 1)
Que tuvieron principios humildes, y se fueron extendiendo y dilatando, hasta
llegar a una suma grandeza; 2) Que tuvieron principios grandes, y los fueron
conservando, y los conservan y mantienen en el ser que comenzaron; 3) Que
aunque tuvieron principios grandes, acabaron en punta,, …. habiendo disminuido
y aniquilado su principio hasta parar en nonada, como lo es la punta de la
pirámide que respeto de su base o asiento no es nada; 4) otros hay, y éstos son
los más, que no tuvieron principio bueno, ni razonable medio, y así tendrán el
fin, sin nombre, como el linaje de la gente plebeya y ordinaria”.
• –“De los
primeros, que tuvieron principio humilde y subieron a la grandeza que ahora
conservan, te sirva de ejemplo la Casa Otomana, que de un humilde y bajo pastor
que le dio principio, está en la cumbre que les vemos”.
• –“Del segundo
linaje, que tuvo principio en grandeza y la conserva sin aumentarla, serán
ejemplo muchos príncipes, que por herencia los son, y se conservan en ella sin
aumentarla ni disminuirla, conteniéndose en los límites de sus estados
pacíficamente”.
• –“De los que
comenzaron grandes y acabaron en punta hay millares de ejemplos.
• –“Del linaje
plebeyo no tengo que decir sino que sirve para acrecentar el número de los que
viven, sin que merezcan otra fama ni otro elogio su grandeza”-.
• –“Solamente son
grandes e ilustres quienes lo muestran en la virtud, y en la riqueza y
liberalidad de sus dueños”-.
Es preciso,
Hidalgo, -dice Escudero-, leer, y releer el Quijote, y todas las obras de
Cervantes, por la inmensa sabiduría que contienen, cuya enseñanza es para todos
los tiempos venideros, ya que los valores universales de los que están
imbuidas, son eternos e inmutables. El amor, la prudencia, la justicia, la
fortaleza, la templanza, la a belleza y el bien, son valores eternos. Lo que
cambia es la conciencia de cada quien, que, a medida que asciende, ve más lejos
en el horizonte.
Excelente y sabias palabras has dicho, Escudero. Así es, para
gloria del Eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario