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jueves, 21 de marzo de 2019

EN LOS SURCOS DEL AMOR UNIVERSAL




EN LOS SURCOS DEL AMOR UNIVERSAL

©Giuseppe Isgró C.

-“Por una alegría nacieron
todas las cosas creadas”.-
Upanishad



Abriendo surcos por el servicio...
por la justicia y la belleza.
En fin de cuentas, la justicia  
expresa el estado real de cada ser
por el fiel de la balanza, en la conciencia.

Belleza, es la proporción justa y perfecta,
divina, de la justicia estética.
Dentro o fuera, es lo mismo;
Nada diferente de lo que hay en uno,
se encuentra en el otro lugar.

Ya lo había dicho el mensajero Hermes....
como es adentro es afuera,
como es arriba es abajo, y viceversa. 
Lo que se siembra se cosecha, 
lo que se hace, o da,
se recibe acrecentado.

Causa y efecto,
siembra y recogida, 
pensamientos y sentimientos,
crean la propia realidad,
por la ley de atracción.
Lo semejante atrae lo semejante.
Polos opuestos jamás se juntan.

Palabras y acciones, 
crean el propio destino,
por la ley del karma, 
que no inhibe el libre pensamiento.
El dolor es un maestro que guía,
la vergüenza, otro que advierte,
si escuchas, evitas el error,
si dejas de hacerlo, el dolor te enseña.

Placer y dolor permiten diferenciar,
lo justo y lo acertado, pero también,
el camino que hay que dejar de lado,
la senda que es preciso seguir,
en la eterna vuelta a casa.

Eterno retorno: los antiguos percibieron,
con realismo la verdad en la estación de turno;
nunca la verdad total, porque, siempre hay algo más allá.
Es como el Tao, que no es el que se puede expresar,
porque Tao es todo lo que existe, ahora,
y lo que puede, existir, en el eterno presente.
Cuál es la diferencia?

La experiencia, es lo que distingue,
un estado de conciencia, de otro.
Todo está dentro, en análoga esencia,
igual que la Divinidad. No hay diferencia, o sí?
La diferencia es solo la experiencia, mayor o menor,
en todas sus vertientes, y variantes.

Estados de conciencia y estaciones.
El amor es un estado de conciencia;
la justicia, también, 
la belleza es el atributo divino
que expresa la eterna luz.

La fortaleza y la templanza,
la serenidad y la sonrisa,
la luz en la mirada lo dice todo,
el valor y el miedo, 
que el otro puede percibir,
respetando, o, dejando de percibir
la verdad, más allá de las apariencias.

El velo de la separación, 
inhibe la percepción de los atributos divinos,
al reconocer éstos, aunque en esencia fugaz,
se percibe que no hay diferencia
entre la fuente, o Divinidad,
el caminante, y la meta.
Entonces, cuál es la diferencias?

Hay diferencia?
Sí, la hay: es la experiencia.
Es el anhelo de ser transformado en pensamiento,
sentimiento, palabra y acto, en cada recodo del eterno surco,
que conduce a casa.

Después de tanto andar, y afanarse,
se percibe, que ya, se estaba en casa, aquí y ahora.
Que dentro está el eterno poder,
y la sabiduría infinita, que las necesidades expresan,
optimizando la experiencia, y la aptitud,
en un abrir y cerrar de ojos.

Qué es la experiencia? Y, la aptitud?
Ambas expresan la capacidad perceptiva,
comprensiva y realizadora, en determinado grado,
en los estados de conciencia,
y en las infinitas estaciones del Espíritu.
También, la facultad de dejar de hacer.
Hay libre elección, o albedrío. 

La experiencia es el salario cósmico,
es el pago que se percibe, aún sin recibir pago alguno.
La trascendencia del acto contiene su compensación.
La ley de afinidad, sustentada por la justicia,
ordena el universo y todo lo que él contiene.
Cada quien, automáticamente, es ubicado en el orden justo y perfecto, en armonía con todos y con el todo.
Es salario cósmico.

De nada sirve quitar lo que pertenece a otros,
siempre hay que pagarlo; en fin, a sí mismo se despoja.
En cambio, quien da, asegura recibir.
La riqueza suprema consiste en todo lo que se ha dado,
ya que, son semillas sembradas en el infinito,
que regresan como frutos, en el eterno granero,
disponibles para seguir usufructuando y dar, aún más.

Quién es el que da? Acaso eres tú?
O lo que tú das no es la eterna provisión que la Divinidad
te otorga antes de que surja la necesidad,
si tú no cierras la puerta?
Quien mantiene la puerta abierta para dar, ésta, también, 
lo estará para recibir. 

Experiencia, justicia, afinidad, trabajo, siembra, cosecha,
son surcos del amor universal, ley suprema, divina proporción.
En cualquier lugar, la experiencia es la misma:
la fuerza que a cada quien sostiene.
También, es la luz que ilumina el camino.
Proviene de la misma fuente, a la que conduce, de nuevo.
Ya hemos llegado; jamás hemos salido, y sin embargo,
cuánto hemos caminado, pero, mucho más es lo que falta,
en el eterno camino de retorno. Una paradoja.

Sosegados, iluminados los estados de conciencia,
por los atributos divinos, en la conciencia, 
eterna réplica de la de la Divinidad, en cada ser,
en los cuatro reinos naturales. 
Acaso no has contemplado aún, que la misma esencia
late en cada ser: hombre, animal, planta o mineral?
Que diferencia hay?

No has percibido que son surcos del amor universal,
que expresan el eterno anhelo de la Divinidad, de ser,
pensar, sentir, hacer.....
Porque, aún la Divinidad, que todo lo ha desarrollado, en las infinitas vertientes, y variantes,
aún precisa adquirir nuevas experiencias,
porque, siempre hay un más allá.

La Divinidad es expresión de todo lo que existe,
y llegará a existir, en la eterna polarización,
en los ilimitados surcos del retorno a la fuente, 
por el amor, supremo poder, infinita sabiduría,
de los atributos divinos.
Acaso no los has reconocido, aún, en ti?
Dónde está la separatividad?
Rasga el velo por la purificación de la conciencia,
para que fluya la luz, viendo claramente
donde darás el siguiente paso,
y los que vienen, aún después......uno a la vez, 
por cuanto todo gira en la unidad.

Gracias, Eloí, Ser Universal, por tu Bondad infinita,
expresada en cada ser, como Rueda que gira,
en movimiento eterno, acompañándote a ti mismo, en cada expresión de Ti mismo, sin diferenciación, 
sin separación, y sin dejar de ser Tú mismo,
en la diversidad, aquí y ahora, y siempre.

Gracias, te amo.....el amor es el supremo tesoro, poder, sabiduría, belleza, justicia, amistad, armonía, orden, creación, cambio, progreso, variedad, perfección siempre perfectible, felicidad, o estado de conciencia, estación ascendente, en los eternos surcos...de la experiencia, de la creación perenne.

Era un domingo, hace mucho tiempo,
a las diez de la mañana.
Mientras estas ideas fluían, 
la inmensidad del universo
parecía esbozarse ad infinitum...





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