TERMOSTATO DIVINO
©Giuseppe Isgró C.
Escudero, -dijo Hidalgo:
Cada día, mayor número de personas amanecen con la mente clara para
apreciar las bondades maravillosas de la vida, sea como fuere que se presente
el escenario de la jornada.
Esto es, Escudero, porque tienen activado el termostato divino, en
conexión con la divinidad, en el nivel de la felicidad integral, y son capaces
de percibir la realidad más allá de las apariencias, y de transmutar las
adversidades en oportunidades de progreso, al igual que los termostatos de los
aires acondicionados son capaces de generar una temperatura estable en el grado
elegido, al margen del que prevalezca en el exterior.
Por eso decía Epicteto: -"Lo que importa no son las cosas en sí
mismas, sino nuestra propia comprensión y actitud frente a ellas". Esa
comprensión y actitud, constituye el termostato divino. Es ahí la importancia
del conocimiento, y de la experiencia adquirida, que permite tener una visión
clara de las cosas, tal como son, en esencia. No lo que parecen, que es el
espejismo de los desiertos, que hace ver agua, donde solamente existe arena
ardiente y sol implacable.
Ese termostato lo poseen todos los seres en la naturaleza. Las plantas
orientan sus raíces, con seguridad, en dirección a la fuente de agua y otros
nutrientes. las aves saben en que dirección avanzar rumbo a su destino a miles
de kilómetros de distancia. Es la guía divina que actúa por inspiración; es la
percepción intuitiva que se percibe a cada instante, y que se precisa prestarle
mayor atención.
Los antiguos epoptas se entrenaban para percibir las cosas tal como son,
más allá de las apariencias. Es el ojo escrutador de la experiencia y la
capacidad del Espíritu de percibir lo que se anida en cada ser, comunicándose
contenidos mentales de Espíritu a Espíritu.
Las semillas, al elegirlas, para su siembra, implícitamente, se elige el
fruto que se anhela cosechar.
La programación mental, sintoniza con los resultados que se anhelan
obtener.
Sintonía, Escudero, es la clave. ¿En qué centras la atención? En eso
mismo se expande la conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora. También,
la ley de atracción y la de repulsión. Y por supuesto, pasando a la acción, se
activa, con la misma sintonía, la ley del karma: que implica: ley de afinidad,
ley de justicia, ley de igualdad y ley de compensación. Inherentemente, la ley
de amor las sintetiza a todas, en la ley matriz del universo. Con lo cual se
manifiesta el orden perfecto, en la naturaleza; aún en el aparente caos, reina
un orden perfecto por la ley de afinidad: cada cosa se encuentra en el orden
que le corresponde, por su suma existencial, o peso específico.
Lo semejante atrae a lo semejante. Los opuestos jamás se juntan. Una
mata de naranjo, siempre produce naranjas en cualquier escenario en que se
siempre. Es la programación mental. Y eso, Escudero, se realiza sin esfuerzo
alguno, por ley de atracción y repulsión. Acción y reacción, siembra y
recogida, karma y vipaka, dar y recibir en perfecta correspondencia y
reciprocidad.
Los afines se juntan y ordenan, por sus estados de conciencias y en las
estaciones que le corresponden, inherentemente. Estado de conciencia, significa
el estado del amor, de la prudencia, de la justicia, de la fortaleza, de la
templanza, de la belleza y todos sus valores derivados. Grado de conciencia, es
la estación en que se encuentra en la escala infinita del progreso. Esa es la
afinidad manifestada según el grado en que cada quien se encuentra en los
estados de conciencia.
El objetivo determina la meta y el destino al que se llega.
El problema, busca la solución implícita que contiene en sí mismo.
Presenta oportunidades, al igual que la nuez dentro de la cascara.
La abundancia se encuentra en todas partes. Es la abundancia divina que
hay que aprender a percibir depurando el velo de la separación. Aun en la más
severa austeridad, suele encontrarse la abundancia justa y perfecta: la necesaria.
Hay que desarrollar el sentido de la medida y lo que, en justicia, cada quien
tiene derecho. Hay que respetar los derechos ajenos.
Sean cuales fueran las cartas que te tocó en "suerte",
Escudero, en el juego de la vida, es bueno que sepas, que por algo te tocaron
esas, y que con con esas mismas puedes ganar el juego, si crees que puedes y
juegas con confianza y expectativas positivas!
Adelante, Escudero.
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