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jueves, 30 de agosto de 2018

VENEZUELA, ESPERANZA Y CERTEZA DE FUTURO.


VENEZUELA, ESPERANZA
Y CERTEZA DE FUTURO.

Giuseppe Isgró C.



Venezuela: Esperanza y certeza de futuro: Un país maravilloso en transmutación hacia más elevados estados de conciencia, aquí y ahora, bajo la égida de la Divinidad y su justicia divina, que manifiesta el orden divino y la armonía cósmica en todo, más allá de las apariencias.

Venezuela es el país donde existen las mejores oportunidades de progreso. El amor al progreso, y a Venezuela, lo hará posible para transformarla en lo que la han soñado los maestros de la Patria: Miranda, Bolívar, Páez, Andrés Bello, Fermín Toro, Medina Angarita, Uslar Pietri, Renny Ottolina, Carlos Andrés Pérez, en su discurso en el Poliedro, en 1988, Mariano Picón Salas, y tantos otros.

Giovanni Papini, se imaginó, en su obra: El Libro Negro, que Cervantes, no solamente quiso venir a Venezuela, sino que llegó a realizar su viaje. Al margen que sea o no verdad, que haya realizado el viaje, que pareciera no serlo, la percepción de Cervantes, le hacía intuir que su futuro estaba en Venezuela, y esto, en el siglo XVI. No estaba en error, Cervantes. De haber venido a Venezuela, habría logrado hacer fortuna, pero, en ese caso, probablemente, el Quijote y el resto de su magna obra, serían cosas diferentes, o quién sabe, hasta algo mejor, enriquecidas con las experiencias del nuevo mundo, que tantas obras magnas generó, como Utopía, de Tomás Moro.

En el nuevo mundo se ha generado una literatura que busca en mayor grado el desarrollo del ser humano, de manera integral, por eso sorprende observar algunos líderes retrógradas, con mentalidad oscurantista, que parecieran no observar esa realidad, de que, el fin de la vida es el progreso, y que, en los designios de Dios, nadie puede obstaculizar sus planes.

Andrés Trapiello, eminente Cervantista, y literato de altos vuelos, en una obra de reciente factura, y de próxima aparición, en España, se imagina a Sancho Panza, después de la desencarnación de Alonso Quijano, alias Don Quijote, que emprende su viaje al Nuevo Mundo, para probar fortuna, también él, con la conciencia expandida por sus andanzas con Don Quijote, que seguramente percibía el ideal de Gobernar el Nuevo Mundo con aquella sabiduría elevada, y sentido de la Justicia, que demostró tener en sus funciones de Gobernador, en la Insula Barataria.

Aún Sancho Panza, y detrás de él Don Quijote, que tan bien le ilustró, dándole sabios consejos de como debía gobernar con acierto, consejos que siguen siendo de gran utilidad para incontables gobernantes en el mundo.

Pero, no nos engañemos, a través de la historia, los gobernantes más nefastos, siempre han creído no necesitar los consejos de nadie, por creerse auto-suficientes.

Por eso, sabios consejeros como Confucio, en la antigüedad clásica, en China, eran desdeñados por cierto números de gobernantes que no querían compaginarse a los cánones del progreso.

Otros, empero, como Juan Vicente Gómez, aunque no son de nuestro agrado los dictadores, se rodearon con Ministros excelentes, por ejemplo: González Guinan, José Gil Fortul, Eleazar López Contreras, entre otros.

Aunque no todos los dictadores son malos, como es el caso de Pisistrato, que diera cumplimiento al código de leyes promulgadas por Solón. A pesar de que a uno no le agraden, que es el propio derecho de que así sea, ese es el caso, también, en la opinión de muchos, de Antonio Gúzman Blanco y Marcos Pérez Jimenez, grandes constructores de la infraestructura de la Patria. Los futuros historiadores habrán de reconocerle los méritos que tienen, en el grado en que, de verdad, los tengan.

A la distancia del tiempo transcurrido, la historia se contempla con frialdad, y los méritos y deméritos se pueden observar con más realismo, y sin pasión política, que tergiversa el sano juicio de algunos historiadores con ausencia de probidad con la verdad.

Juan Vicente Gómez, siendo cadetes los hermanos Pérez Jiménez, le sugirió a su ministro de Marina y Guerra, Eleazar López Contreras, que no le prestara apoyo, y los calificó de "malas hierbas". Ello denota la aguda percepción del brujo de la mulera, es decir, la agudeza en conocer a las personas, en ver lo que de valor tenían los hombres de su época.

Porque, de que Marcos Pérez Jiménez tenía un kilate especial, basta ver las obras de progreso que dejó. Hay quien dice que de haber gobernado diez años más Venezuela habría asombrado al mundo e mayor grado. Los líderes tienen cosas buenas y otras que no los son tanto. Que le vamos a hacer, así son las cosas, y hay que aceptarla.

En cierta ocasión, Juan Vicente Gómez le pregunto a su ministro de educación, González Guinan, sobre quien era, en su opinión, el hombre grande, en Venezuela, en el siglo XIX. Éste, después de compenetrarse de la intención del ilustre caudillo, le respondió: -"Bolívar, por supuesto".

Entonces, Gómez le dice: Sí, pero Bolívar vino de arriba; Páez, de abajo". Refleja la inmensa admiración que le tenía Gómez a Páez.

Y la verdad es que José Antonio Páez realizó en su primer período de gobierno, uno de los mejores modelos demócratas de toda la historia de Venezuela. Esto es un sentimiento unánime, entre los historiadores patrios y foráneos. Es fácil apreciarlo.

Por eso, Páez sigue siendo uno de los mejores paradigmas para las nuevas generaciones de líderes políticos. Su autobiografía, debería ser lectura obligada de todo político. Allí, Páez refiere como, en las horas menguadas de Venezuela, en el siglo XIX, en esos años terribles de los años 13 y 14, y posteriormente, a partir del 18, percibió que tenía un rol importante en los destinos de la Patria, tanto en el logro de su Independencia del dominio español, como en la forja del Poder Civil, y la construcción de la Patria.

Un ejemplo a emular por tantos jóvenes que creen que su futuro está en otras latitudes. Si queremos a una VENEZUELA grande, debemos construirla nosotros, con AMOR y justicia, con trabajo y estudio, y después, dejar una gran Venezuela, como herencia a nuestros hijos y nietos, y a incontable número de nuevas generaciones.

Estimo que todos los líderes merecen respeto, pero, es la misión de cada uno, servir a la Patria: a Venezuela, con amor y justicia.

El juez es la conciencia de cada quien, y la opinión pública, juez que premia o deja de hacerlo, a veces con justicia, y otras no tanto, como en el caso de Bolívar, por la pasión de los intereses de grupo, que vela la inteligencia. Ha que leer la historia de Venezuela, para descifrar el pasado, comprender el presente, y proyectar el futuro a sus mejores derroteros.

Por eso el Quijote, es una obra que todo líder debe tener en su mesa de noche, leerla, y meditarla, diariamente.

Cervantes, demuestra, en el Quijote, y en otras obras de su autoría, que comprendió al historia de su época, de España, como nadie, al percibir que, desterrar a los descendientes de los árabes, posteriormente a la reconquista, y después de 800 años de descendencia, era un acto de injusticia, y describió los estragos de esos actos injustos en una inmensa cantidad de españoles-árabes, con el destierro.
También, anticipó la nueva sociedad burguesa, como en efectos, así aconteció, tal como él lo describió, al perfilar al Caballero del Verde Gabán.

Adelante.


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