VENEZUELA, ESPERANZA
Y CERTEZA DE FUTURO.
Giuseppe Isgró C.
Venezuela: Esperanza y
certeza de futuro: Un país maravilloso en transmutación hacia más elevados
estados de conciencia, aquí y ahora, bajo la égida de la Divinidad y su
justicia divina, que manifiesta el orden divino y la armonía cósmica en todo,
más allá de las apariencias.
Venezuela es el país donde
existen las mejores oportunidades de progreso. El amor al progreso, y a
Venezuela, lo hará posible para transformarla en lo que la han soñado los
maestros de la Patria: Miranda, Bolívar, Páez, Andrés Bello, Fermín Toro,
Medina Angarita, Uslar Pietri, Renny Ottolina, Carlos Andrés Pérez, en su
discurso en el Poliedro, en 1988, Mariano Picón Salas, y tantos otros.
Giovanni Papini, se
imaginó, en su obra: El Libro Negro, que Cervantes, no solamente quiso venir a Venezuela,
sino que llegó a realizar su viaje. Al margen que sea o no verdad, que haya
realizado el viaje, que pareciera no serlo, la percepción de Cervantes, le
hacía intuir que su futuro estaba en Venezuela, y esto, en el siglo XVI. No
estaba en error, Cervantes. De haber venido a Venezuela, habría logrado hacer
fortuna, pero, en ese caso, probablemente, el Quijote y el resto de su magna
obra, serían cosas diferentes, o quién sabe, hasta algo mejor, enriquecidas con
las experiencias del nuevo mundo, que tantas obras magnas generó, como Utopía,
de Tomás Moro.
En el nuevo mundo se ha
generado una literatura que busca en mayor grado el desarrollo del ser humano,
de manera integral, por eso sorprende observar algunos líderes retrógradas, con
mentalidad oscurantista, que parecieran no observar esa realidad, de que, el
fin de la vida es el progreso, y que, en los designios de Dios, nadie puede
obstaculizar sus planes.
Andrés Trapiello, eminente
Cervantista, y literato de altos vuelos, en una obra de reciente factura, y de
próxima aparición, en España, se imagina a Sancho Panza, después de la
desencarnación de Alonso Quijano, alias Don Quijote, que emprende su viaje al
Nuevo Mundo, para probar fortuna, también él, con la conciencia expandida por sus
andanzas con Don Quijote, que seguramente percibía el ideal de Gobernar el
Nuevo Mundo con aquella sabiduría elevada, y sentido de la Justicia, que
demostró tener en sus funciones de Gobernador, en la Insula Barataria.
Aún Sancho Panza, y detrás
de él Don Quijote, que tan bien le ilustró, dándole sabios consejos de como
debía gobernar con acierto, consejos que siguen siendo de gran utilidad para
incontables gobernantes en el mundo.
Pero, no nos engañemos, a
través de la historia, los gobernantes más nefastos, siempre han creído no
necesitar los consejos de nadie, por creerse auto-suficientes.
Por eso, sabios consejeros
como Confucio, en la antigüedad clásica, en China, eran desdeñados por cierto
números de gobernantes que no querían compaginarse a los cánones del progreso.
Otros, empero, como Juan
Vicente Gómez, aunque no son de nuestro agrado los dictadores, se rodearon con
Ministros excelentes, por ejemplo: González Guinan, José Gil Fortul, Eleazar
López Contreras, entre otros.
Aunque no todos los
dictadores son malos, como es el caso de Pisistrato, que diera cumplimiento al
código de leyes promulgadas por Solón. A pesar de que a uno no le agraden, que es el propio derecho de que así sea,
ese es el caso, también, en la opinión de muchos, de Antonio Gúzman Blanco y Marcos
Pérez Jimenez, grandes constructores de la infraestructura de la Patria. Los
futuros historiadores habrán de reconocerle los méritos que tienen, en el grado
en que, de verdad, los tengan.
A la distancia del tiempo
transcurrido, la historia se contempla con frialdad, y los méritos y deméritos
se pueden observar con más realismo, y sin pasión política, que tergiversa el
sano juicio de algunos historiadores con ausencia de probidad con la verdad.
Juan Vicente Gómez, siendo
cadetes los hermanos Pérez Jiménez, le sugirió a su ministro de Marina y
Guerra, Eleazar López Contreras, que no le prestara apoyo, y los calificó de
"malas hierbas". Ello denota la aguda percepción del brujo de la
mulera, es decir, la agudeza en conocer a las personas, en ver lo que de valor
tenían los hombres de su época.
Porque, de que Marcos Pérez
Jiménez tenía un kilate especial, basta ver las obras de progreso que dejó. Hay
quien dice que de haber gobernado diez años más Venezuela habría asombrado al
mundo e mayor grado. Los líderes tienen cosas buenas y otras que no los son
tanto. Que le vamos a hacer, así son las cosas, y hay que aceptarla.
En cierta ocasión, Juan
Vicente Gómez le pregunto a su ministro de educación, González Guinan, sobre
quien era, en su opinión, el hombre grande, en Venezuela, en el siglo XIX. Éste,
después de compenetrarse de la intención del ilustre caudillo, le respondió: -"Bolívar,
por supuesto".
Entonces, Gómez le dice:
Sí, pero Bolívar vino de arriba; Páez, de abajo". Refleja la inmensa
admiración que le tenía Gómez a Páez.
Y la verdad es que José
Antonio Páez realizó en su primer período de gobierno, uno de los mejores modelos
demócratas de toda la historia de Venezuela. Esto es un sentimiento unánime,
entre los historiadores patrios y foráneos. Es fácil apreciarlo.
Por eso, Páez sigue siendo
uno de los mejores paradigmas para las nuevas generaciones de líderes
políticos. Su autobiografía, debería ser lectura obligada de todo político.
Allí, Páez refiere como, en las horas menguadas de Venezuela, en el siglo XIX,
en esos años terribles de los años 13 y 14, y posteriormente, a partir del 18,
percibió que tenía un rol importante en los destinos de la Patria, tanto en el
logro de su Independencia del dominio español, como en la forja del Poder
Civil, y la construcción de la Patria.
Un ejemplo a emular por
tantos jóvenes que creen que su futuro está en otras latitudes. Si queremos a
una VENEZUELA grande, debemos construirla nosotros, con AMOR y justicia, con
trabajo y estudio, y después, dejar una gran Venezuela, como herencia a
nuestros hijos y nietos, y a incontable número de nuevas generaciones.
Estimo que todos los
líderes merecen respeto, pero, es la misión de cada uno, servir a la Patria: a
Venezuela, con amor y justicia.
El juez es la conciencia de
cada quien, y la opinión pública, juez que premia o deja de hacerlo, a veces
con justicia, y otras no tanto, como en el caso de Bolívar, por la pasión de
los intereses de grupo, que vela la inteligencia. Ha que leer la historia de
Venezuela, para descifrar el pasado, comprender el presente, y proyectar el
futuro a sus mejores derroteros.
Por eso el Quijote, es una
obra que todo líder debe tener en su mesa de noche, leerla, y meditarla,
diariamente.
Cervantes, demuestra, en el
Quijote, y en otras obras de su autoría, que comprendió al historia de su
época, de España, como nadie, al percibir que, desterrar a los descendientes de
los árabes, posteriormente a la reconquista, y después de 800 años de
descendencia, era un acto de injusticia, y describió los estragos de esos actos
injustos en una inmensa cantidad de españoles-árabes, con el destierro.
También, anticipó la nueva
sociedad burguesa, como en efectos, así aconteció, tal como él lo describió, al
perfilar al Caballero del Verde Gabán.
Adelante.