NADA TEMAS, ESCUDERO:
LA SERENIDAD ES LA CLAVE DEL PODER
©Giuseppe Isgró C.
Escudero, -dijo Hidalgo-:
Estos son tiempos de serenidad; se justo y perfecto en tus pensamientos,
sentimientos, palabras y actos. De esta manera, permanecerás en el camino del
bien, de la justicia y del progreso.
Haz del amor tu arma más poderosa para el bien de todos, sin manipulación
de nadie.
Respeta a tus semejantes, por cuanto no hay enemigos pequeños y hasta el
más diminuto escarabajo puede ser un enemigo terrible, como lo explica Esopo,
en una de sus fábulas, que dice así:
-“El Águila y el Escarabajo. Estaba una Liebre
siendo perseguida por un Águila y viéndose sin escapatoria, pidió ayuda a un
Escarabajo suplicándole que le salvara. El Escarabajo, detuvo al Águila y le
pidió que perdone a su amiga Liebre, sin embargo, el Águila, despreció al
Escarabajo e ignorándolo, devoró a la Liebre en su presencia. Desde ese
entonces, el Escarabajo busco vengarse de la cruel Águila, y para eso, observó
los lugares donde esta ponía sus huevos. Al encontrar por fin su nido, lanzó
sus huevos sin pensarlo hacia la tierra, quebrándose en el acto. El Águila, se
vio perseguida y echada a donde quiera que fuera por el Escarabajo. Por ultimo,
recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para criar a sus futuros pequeños.
Zeus, ofreció al Águila que ponga sus huevos en su regazo, sin embargo, el
Escarabajo viendo la táctica escapatoria del Águila, hizo una bolita de barro,
voló hacia Zeus, y la dejó caer sobre el regazo. Zeus se levantó para sacudirse
aquella suciedad, y sin darse cuenta, tiró los huevos del Águila hacia el piso.
Así, las Águilas no ponen huevos en la época en que los Escarabajos salen a
volar.
MORALEJA: Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues
no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte”.
El que se encamina por la senda de la injusticia, se sale del camino recto
de la vida, para entrar en el tortuoso de la injusticia que conduce al abismo
cierto.
El camino de los hombres justos, es decir, el recto, es el auténtico camino,
como lo sugirió Lao Tse, en el Tao Te King, Escudero. No otro.
El camino, Escudero, es el camino de la DIGNIDAD. Es el que da honra y
méritos.
El líder sabio es un faro de luz; la visión del líder es la que le
permite ser una guía segura para sus seguidores. Las situaciones generan sus
propios líderes por guía divina que ordenan todo de acuerdo a los designios de
la Divinidad, en el tiempo perfecto de Dios.
Nada temas, Escudero. Quien hace el bien, no tiene nada que temer. Quien
se aparta del camino del bien, la Divinidad, -que es el Gran Pedagogo Universal-, se ocupará de proporcionarle
el aprendizaje pertinente, con amor, ya que la justicia en su mayor rigor, en
su aplicación, por los medios más severos, no deja de ser AMOR PURO. Ya que, al
igual que el leñazo de los maestros Zen, aplicado en el momento oportuno,
produce estados de iluminación. La Divinidad y el maestro Zen, -que es su instrumento-, saben cuando
proporcionar el leñazo para producir el estado de conciencia correcto al
aprendizaje precisado.
Allí, en la quietud de la conciencia, para el hombre justo, se produce
la delicia del bien realizado.
Pero, la conciencia del hombre injusto, es un torbellino de tormento que
no le deja en paz hasta que haya realizado la compensación pertinente.
Si lo haces, lo pagas, expresa el aforismo cósmico.
Toma lo que quieras y paga el precio, dijo el gran sabio de Concord, Ralph
Waldo Emerson.
Estas son cosas sabidas, Escudero, como decía el gran jurista venezolano
Cecilio Acosta, y sin embargo, hay que recordarlas, para evitar que se olviden.
Estos son tiempos de serenidad, Escudero. Nada temas. Por encima del
hombre está Dios con su justicia divina, cuya balanza la sostiene una hermosa
dama sin vendas en los ojos, para ver claro y sopesar bien los pensamientos, los
sentimientos, las palabras y los actos. Con los dos primeros se activan las
leyes de atracción y de repulsión, que crean las circunstancias análogas a lo
pensado y sentido, en la propia vida. Las dos últimas, activan a la ley de
afinidad, la de justicia y la de compensación.
La suma existencial –saldo de
vida- que se deriva del resultado reflejado por el fiel de la balanza de la
justicia divina, sirve a la Ley de afinidad, para ubicar o reubicar a cada ser,
en los cuatro reinos naturales, en el orden natural que le corresponde en el
concierto de todas las cosas. Es decir: por los pensamientos, sentimientos,
palabras y actos, cada quien es ubicado o reubicado en el lugar que le
corresponde. Es como decir: la siembra y la recogida.
Los caminos del hombre justo se bifurcan de aquel que no lo es. Los
opuestos jamás se juntan. La luz evacua la oscuridad. El bien siempre triunfa
sobre el mal.
Por eso, Escudero, conserva la serenidad y el lugar en que la vida te ha
colocado. Cumple tu rol.
Si tú no tienes miedo, el miedo lo experimentará el contrincante, que
huye del que no tiene miedo. Pero, tampoco seas temerario, Escudero. La
prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, deben regir
tus pensamientos, sentimientos, palabras y actos. Si eres injusto con tus
adversarios, y les ocasiona un perjuicio, deberás compensarlo, Escudero. La ley
de justicia es válida y justa para todos, y nadie escapa a ella.
Escudero: El que tiene el poder, el verdadero que otorga la conexión
divina, no tiene porque demostrarlo.
Escudero: El que busca demostrar que tiene el poder con actos
intimidatorios, de fuerza, realmente, no lo posee. Porque, el poder se tiene o
no se tiene y se refleja en los pensamientos, sentimientos, palabras y actos, y
aún en el silencio, en los gestos, en la impasibilidad y en la calma
imperturbable. Y, recuerda, Escudero: el poder es como el miedo: se huele a
leguas.
La serenidad es la demostración del auténtico poder en una persona, un
profesional, o un conductor de hombres. Gandhi, con serenidad, métodos
pacíficos, con la no violencia, o
satyagraha, doblegó al imperio británico y logró grandes beneficios para su
Patria. El camino de la paz es el camino, Escudero.
Eso significa, Escudero, que es preciso cultivar: la serenidad, la
prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la belleza, el amor, la lucidez
mental por el sosiego, la actitud mental positiva, la humildad, como fuerza aéreo
dinámica, la aceptación de la realidad, ya
que, conociéndola podrás controlarla y dominarla. La calma es sinónimo de
fuerza expresada mansamente. Como dice el aforismo latino: -"El agua
blanda, la roca dura, gota a gota se hace la horadura", es decir: La gota
de agua constante horada la roca.
Ocupa el lugar que te asignó el orden natural de todas las cosas,
Escudero, afrontando la realidad con serenidad.
Avanza tranquilo por el camino de la vida. El mundo te abrirá el paso,
si conservas pensamientos justos, sentimientos rectos, palabras armoniosas, y
acciones enmarcadas dentro de los parámetros de la justicia, del respeto y del
amor.
Como puedes ver, Escudero, pocas cosas son necesarias para ser feliz.
Otra cosa, Escudero: la vida tiene su comienzo y su meta; se llega al
primero, al reencarnar, con la ilusión de realizar un progreso importante en cada
uno de los incontables ciclos de vida; y se llega a la meta, o a cada una de ellas, concluyendo un determinado ciclo de vida, con gloria o con
deshonra, según haya sido la propia conducta. Se puede salir de un ciclo de
vida con inmensas riquezas espirituales, que, generalmente, las constituyen las
sumas del bien que se realizó a favor de los seres de los cuatro reinos
naturales. El resultado queda reflejado en la hoja de vida como: aptitud, o
capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora; es decir, estados de
conciencias elevados, desarrollados en determinados grados; acompañados por la tranquilidad
de Espíritu, fruto del deber cumplido.
Pero, el hombre injusto, podría salir con una inmensa deuda que deberá
saldar, a veces en muchos ciclos de vidas. Es decir: el hombre injusto hipoteca
su futuro y deja de ser libre, a veces por incontables ciclos de vida, como es
el caso de quienes efectúan perjuicios enormes a determinada parte de la
humanidad. Las deudas kármicas constituyen formas de esclavitud. La única
manera de ser libres es mediante el cumplimiento de la Ley cósmica, bajo la
égida de los valores universales, o atributos divinos. Es decir, la persona que vive una vida
virtuosa, es la que alcanza determinados grados de libertad personal, de
acuerdo con su suma existencial.
Escudero, conserva la serenidad!!!
El que debe temblar es el hombre injusto, porque la justicia divina se
ocupará de él, aunque a veces parezca que tarde en hacerlo. No escudero, la
justicia divina actúa en tiempo oportuno, instantáneamente, en el tiempo
perfecto de Dios.
Amigo Escudero: procura ser un hombre justo para evitar costosa
experiencia, que luego tendrás que asumirla y compensar los actos que la
produjeron.
Nada temas, Escudero. Conecta con la Divinidad para acceder a la
verdadera fuente de poder para ser señor de ti mismo.
Serenidad, Escudero, Es la palabra clave. Confía.
Adelante.
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