La Justicia como camino de realización:
©Giuseppe Isgró C.
Escudero, -dice Hidalgo, hoy es el día en que se le
rinde homenaje a los Abogados, en Venezuela. Unámonos, también nosotros, en
dicho homenaje, recordando, Escudero, que la profesión de Abogado en una de las
más nobles y digna.
El abogado es un humanista integral que para
ampliar su visión estudia constantemente en todos los ámbitos de la cultura e
índole de la más sublime expresión del pensamiento universal, es decir, los
valores universales, cuya ciencia que los estudia es la AXIOLOGIA, o Ciencia de
los Valores.
Recuerda, Escudero, que a nosotros se nos tiene por
modelos inspiradores en la guía de los pensamientos, sentimientos, palabras y
actos, ya que, todas nuestras hazañas están imbuidas de valores, y VALORES son
los que sigue precisando la humanidad para encaminarse hacia la nueva edad de
oro, que felizmente alcanzará en torno al año 30.000 de nuestra era, Dios
mediante.
Un largo camino por delante. Esa es la razón,
Escudero, de que nosotros mismos debemos mantenernos a la altura de los nuevos
tiempos para seguir inspirando nobles pensamientos, sentimientos, palabras y
acciones.
Tú, Escudero, seguirás inspirando a los jueces para
que dicten sentencias justas, y al símbolo de la Justicia, finalmente, se le
quitará la venda de los ojos, para que pueda ver bien lo que se sopesa en sus
platillos, para que el fiel de la balanza sea fiel lector de los pensamientos,
sentimientos, palabras y acciones de los que, en lo íntimo de la conciencia,
son juzgados por la propia conciencia, el más severo juez que existir pueda.
Feliz día, Colegas Abogados, -dice Hidalgo, se nos
ha concedido el privilegio de ejercer una de las mejores profesiones del
planeta tierra. También, tenemos la obligación de honrarla, para que las nuevas
generaciones sientan el orgullo de querer pertenecer al gremio de esta hermosa
y digna profesión: la de Abogado.
Adelante Quijotes y Sanchos Panzas, que ambos debe
ser cada persona, y el abogado en particular: enderezando entuertos e
impartiendo justicia, como Sancho Panza en la Isla de Barataria y Escudero, en
su Manifiesto en la Isla de Marbilia.
Es nuestra misión, Escudero, -dice Hidalgo, como
Abogados, guiar correctamente a nuestros clientes, en sus decisiones, para
ventilar casos en los cuales tengan la razón, En los otros, donde no la tengan,
hablarle con franqueza, para llegar a acuerdos provechos para las partes, terminando
un litigio que de nada sirve prolongarlo en el espacio y en el tiempo, donde,
únicamente, salen ganando los abogados que ejercen la profesión con ética
insuficiente. Es cierto que sería inmoral defender a quienes son culpables de
delitos penales, o de otra índole, pero es el deber del abogado que le defienda
para que se le aplique el debido proceso, y para que la pena que, finalmente,
el juez le aplique, sea la justa y correcta, y no en exceso, evitando que se le
prolongue el lapso del proceso en condiciones inhumanas que animalizan más al
hombre. Aunque, Escudero, casi sería ofender a los animales, que son tan
nobles, al decir que se animalizan. Algún día, el término animalizar
significará algo así como ennoblecer, ya que los animales, son dignos ejemplo
del ejercicio de la nobleza, salvo excepciones, por supuesto, que siempre las
hay en todo.
Nos corresponde a los Abogados, cada día más y
mejor, contribuir para mejorar la normativa jurídica en general, para educar a la humanidad en
los preceptos que les guíen en la conducta virtuosa. Igualmente, a quien ha
tomado la senda equívoca, hay que reeducarlo en los valores, para rehabilitarle
a la vida útil en sociedad. Falta mucho camino que andar, en este sentido,
Escudero.
Finalmente, Escudero, un área en la cual, aún,
tenemos mucho que aportar los Abogados, es la consolidación de un mecanismo
para que los Líderes Políticos, en el futuro, dejen de manipular la Legislación
a la conveniencia de grupos de intereses particulares, en detrimento de los
habitantes de los diferentes países del planeta tierra.
Escudero, todo abogado, sea del bando que fuere,
debe abrirle los ojos a sus asesorados, para que, únicamente, se guíen por los
parámetros de la justicia y del progreso en beneficio de todos, es decir, con
equidad y justicia, amor y bondad, disciplina y templanza, fortaleza y belleza.
El abogado, -Escudero, es una garantía para la
sociedad de su respectivo tiempo, de que los tratos serán conducidos, siempre,
a su culminación justa y perfecta, en el mejor y en el menos favorable de los
casos.
Tendremos mejores sociedades, Escudero, gracias a
los Abogados que hacen de la Justicia su camino de auto-realización.
Adelante.
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